Las ventas del llamado metal precioso al exterior se convirtieron en noviembre pasado casi que en la tabla de salvación de las exportaciones colombianas, que hasta ese entonces, completaban dos años en saldo rojo.
Solo las exportaciones de oro le aportaron 6,1 por ciento a las ventas que Colombia le hizo al mundo en ese periodo (12,6 por ciento), lo que comienza a dar luces de un posible inicio de la recuperación de las exportaciones del país.
Ese repunte se da en momentos en que la economía del país también comienza a dar algunas señales de recuperación: inflación con marcada tendencia a la baja, recorte en la tasa del Banco de la República y perspectivas de crecimiento del orden del 2,5 por ciento para el 2017, que si bien es bajo, es muy cercano a la media mundial (2,7 por ciento) y más del doble del promedio de Latinoamérica (1,2 por ciento), según proyecciones del Banco Mundial.
Las ventas de oro colombiano al mundo superaron con creces las de otros productos insignias del comercio exterior del país. De ese 12,6 por ciento las manufacturas pusieron 1,3 puntos; los combustibles, 2 puntos, mientras el sector agropecuario, alimentos y bebidas, 3,2 puntos.
Por eso, de nuevo el debate es sobre la conveniencia de soportar la dinámica de comercio exterior en una actividad que sigue muy golpeada por la ilegalidad y en la necesidad de que otros sectores sean los llamados a jalonar las ventas al exterior, distintos a las materias primas.
María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo, dijo que una parte importante del llamado que están haciendo desde el ministerio a los empresarios es que no se puede bajar la guardia en generar productividad, innovación, en buscar nuevos mercados, en diversificación y en lograr que los productos tengan valor agregado para seguir creciendo en los ámbitos nacional e internacional.
Pero también recalcó que se debe combatir el mito existente alrededor del tema de los minero-energéticos, porque estos generan beneficios, desarrollo económico en las regiones y equidad, y que no se puede afirmar que todos parten por la misma línea y que todas las empresas del sector terminan siendo ilegales.
En eso coincide Javier Díaz, presidente de Analdex, para quien en el sector del oro se ven esos crecimientos porque los precios y el mercado han estado buenos, pero considera indudable que esa es una actividad cruzada por el tema de ilegalidad.
“Hemos trabajado con el Ministerio de Minas y la Dian para hacerle frente a ese problema, y buena parte de las medidas que se están tomando son de control, para tratar de evitar las prácticas ilegales, pero creo que el país tiene que aprender la lección de que debe diversificar: la idea no es decir que no se exporten más minero-energéticos, sino no depender de ellos”, enfatizó Díaz.
Lacouture dijo que han visto que gran parte del esfuerzo que se ha venido trabajando desde el Ministerio de Minas es en generar las políticas para que se construya un sector basado en la legalidad.
“Desde el ministerio también hemos reforzado la necesidad de diversificación, de generar nuevos productos, más competitivos, productivos, innovadores y de valor agregado, y de ahí la política de desarrollo productivo, que empezó el año pasado, está en ese norte y que tiene como propósito final –de la mano con las empresas– aumentar las exportaciones no minero-energéticas”, concluyó.
Por su parte Eduardo Chaparro, director del Centro de Pensamiento del Agua y el Sector Minero Energético, frente al comportamiento del oro indicó que para él como analista este es un fenómeno multifactores, en el cual el primero es que algunas compañías formales aumentaron su producción, como fue el caso de Gran Colombia Gold, que lo hizo en cerca de un 19 por ciento.
“En segundo lugar, el aumento en el valor de cotización de la divisa también influye, porque ha habido incremento físico en mineral, de la tasa de cambio y, aparte de esto –como un tercer elemento–, en el precio”, manifestó Chaparro.
El experto de la Andi afirmó que en el 2017 habrá algo de mayor producción, debido a que la firma Red Eagle (en Santa Rosa de Osos) se concretará y comenzará exportaciones en forma, y si además se avanza de manera rápida en la construcción de San Roque-Gramalote, que se debe consolidar este año, esto debe contribuir al crecimiento de las ventas externas.
En cuanto a la explotación ilícita, Chaparro anotó que hay áreas, como por ejemplo en Caldas, donde han comenzado a aparecer nuevos focos de producción, en lo que se podría llamar el Cauca caldense (Anserma, Supía, Riosucio y Neira). En esa parte hay incrementos en la producción de la minería informal, y por supuesto implica la aparición del fenómeno de los llamados cúbicos (una forma de explotación muy perjudicial por los riesgos implicados para la vida de los trabajadores), que no se deben permitir.
“Eso, sumado al volumen en nuevas áreas en el Cauca, el Orinoco y otras zonas de explotación ilícita, complica el cuadro”, explica el experto de la Andi.
Por su parte, Javier Díaz, tras reconocer que el 2016 fue mediocre en las exportaciones, dijo que lo que se espera es que el 2017 sea de recuperación –sin borrar aún el signo negativo por la gran caída–, pero de empezar a darse y seguir dando la tendencia al repunte de las ventas externas, pese a la incertidumbre internacional por lo que pueda pasar en los EE. UU. y en Europa tras el ‘brexit’, que van hacia el proteccionismo.
(Lea también: Valor de exportaciones de Colombia sube 12,6 % en noviembre)
ALEJANDRO RAMÍREZ PEÑA
Redacción Economía y Negocios