A sus 34 años, John Fredy Patiño, habitante del barrio Sierra Morena Segundo Sector, nunca se había interesado por la jardinería. Hoy es uno de los ciudadanos que sale a arreglar las plantas del parque agroecológico Los Guaduales de la Sierra, que ahora tiene al frente de su vivienda.
Los vecinos de este sector del sur de Bogotá recibieron el nuevo parque que fue habilitado por el Jardín Botánico José Celestino Mutis y la Caja de Vivienda Popular en un terreno que se había convertido en basurero.
“Aquí no daban ganas de salir, porque en ese terreno había mucho vicioso y era un botadero de desechos. Hoy, en cambio, es nuestro espacio de recreación”, señaló John Fredy.
Todos los días, a las 6 de la mañana, él y su suegra salen a Los Guaduales de la Sierra –nombre elegido por consenso con la comunidad del barrio– para hacer gimnasia.
Esto es posible gracias al diseño del parque, que cuenta con mobiliario para actividad física, en donde se pueden realizar ejercicios de pesas, trabajar pierna, brazos, pecho, entre otros. Además, las dos entidades dotaron el espacio de unas pesas que la comunidad comparte, y que guardan en la casa de la señora Ana Cecilia, quien cuida de ellas.
“Si uno las necesita, no más es ir a golpearle a ella y nos las pasa. En mi caso, voy en la noche, para no despertarla en la madrugada, cuando salimos con mi suegra a ejercitarnos. Todos los días hacemos una rutina de una hora”, explicó John Fredy.
Esto cambió la vida de los habitantes de Sierra Morena Segundo Sector, un barrio que se desarrolló desde hace más de 20 años, en terrenos de la Caja de Vivienda Popular.
“Si uno quería ir a un parque, debía ir a El Tunal. De aquí a allá se demora 40 minutos a pie, o 20 minutos en bus, pero toca bajar a tomar el transporte en Candelaria La Nueva. Haga cuentas usted”, señaló John Fredy.
Características
Andrés Báez Rojas es uno de los arquitectos del Jardín Botánico que desarrolló el proyecto. Según explicó, “el parque cuenta con senderos peatonales, estratégicamente diseñados para generar conectividad; mobiliario biosaludable hecho en madera teca; bancas cuyos espaldares se convierten en tableros de ajedrez, para la recreación de los habitantes; más de 4.000 plantas, de 60 especies diferentes; una tarima para eventos culturales y un mural que fue pintado junto con la comunidad”, indicó el funcionario.
Por la urbanización de la zona, los suelos no eran aptos para desarrollar plantaciones, por contener alta concentración de escombro compactado. A raíz de eso, el Jardín Botánico diseñó una estrategia para llevar las especies vegetales, “por lo que se diseñaron con guadua camas y terrazas para cultivo y se trajo césped que sobró de otras partes para generar la zona verde”, explicó Andrés Báez.
Unión comunitaria
El cuidado del espacio está a cargo de la misma comunidad, que trabajó por más de un año en talleres con el Jardín Botánico.
“Ahí nos explicaron cómo sembrar, cómo deshierbar, cómo hacer el riego a las plantas, y lo cuidamos por cuadras. Por ejemplo, yo me encargo de que la gente no pise las plantas ni que los perros hagan sus necesidades en el espacio que da al frente de mi casa, y así todos los vecinos hacen lo mismo”, explicó Matilde Blanco, una de las líderes de Sierra Morena y quien llegó desde su creación.
Para evitar que en época de lluvia el lodo y las pisadas de los ciudadanos dañaran el césped, crearon senderos con piedra de río frente a sus casas, que se unen a los pasos peatonales del diseño original.
Otra de las ganancias del proyecto es que unió a la comunidad, como lo reconoce Jorge Delgado, habitante del sector.
“Aquí había vecinos que ni se saludaban. Ahora todos salen a departir en el parque, y se generó esa consciencia de que debemos cuidar lo que es nuestro. La gente se siente menos abandonada por las instituciones públicas”, agregó el ciudadano.
Huerta urbana
Tomate, ají, caléndula, sábila, entre otros productos, son sembrados en los jardines instalados en Los Guaduales de la Sierra. “Ya salió la primera cosecha de tomates y disfrutamos de ellos. Eso es muy positivo”, explicó Jorge.
Ahora, biólogos del Jardín Botánico realizan un estudio ambiental, para identificar la fauna que ha llegado al ecosistema. “Hoy se pueden observar abejas y otros insectos que se posan sobre la flora del parque y están polinizando, lo que es un indicador ecológico de que el espacio verde está funcionando como un corredor ecológico, pues a pocos metros se encuentra el parque Altos de la Estancia”, concluyó Andrés Báez.
El recuerdo que traen los guaduales
Para elegir el nombre del parque, se realizaron varios talleres en los que se les pidieron las posibles opciones a los miembros de Sierra Morena.
Como las camas y las terrazas donde se sembraron los jardines del parque, así como las barandas de las escaleras, están hechas en guadua, surgió la idea de bautizarlo Parque Agroecológico Los Guaduales de la Sierra. Pero lo que terminó de convencer a los pobladores de Sierra Morena fue que, al final del taller, varios habitantes cantaron Los guaduales, una pieza musical de guabina, cuya letra fue escrita por el compositor Jorge Villamil Cordovez.
Esta canción les recordó a muchos de ellos sus orígenes campesinos, y la razón por la que llegaron a la capital. Por estos dos motivos, el parque agroecológico recibió su nombre.
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MICHAEL CRUZ ROA
Periodista de EL TIEMPO
En Twitter: @Michael_CruzRoa
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