Con un lleno por encima de media plaza, y con toros del Capiro de Sonsón, que en promedio pesaron 471 kilos, Luis Bolívar, con el corte de cuatro orejas, se convirtió en el triunfador de la corrida que se celebró el lunes por la noche en Cartagena.
En total se cortaron siete orejas: Bolívar cuatro; Pablo Hermoso de Mendoza, dos, y Sebastián Castella, una, en una corrida que se convirtió en un mano a mano entre Castella y Bolívar, en razón de que el peruano Andrés Roca Rey se cayó del cartel tras sufrir una cornada en Manizales.
Luis Bolívar se la jugó de salida al esperar al toro cerca de las tablas con una vibrante larga cambiada de rodillas, con la que conectó con los tendidos, rematando su labor con la capa con tres lances a la verónica y una media de gran factura. Con la muleta se hincó nuevamente para dar una serie de cuatro derechazos templados, los que rubricó con un ajustado pase de pecho.
La lidia siguió con nuevas tandas de derechazos y de naturales, ante un toro que, al igual que el primero de la tarde, embistió humillando, planeando como una avioneta y en algunos pasajes hasta arando la arena. Estocada en buen sitio y corte de dos orejas.
En su segundo toro, Bolívar de nuevo se la jugó, volviendo a conectar con los tendidos al estampar series bien rematadas con ambas manos. Otra estocada certera y el palco presidencial por segunda vez le concedió dos orejas. A su tercer enemigo, que presentó muchas dificultades, lo pinchó en dos oportunidades antes de una certera estocada.
Por su lado, el francés Sebastián Castella estuvo muy torero en sus tres astados, ante los que mostró su magisterio al instrumentar derechazos y naturales templados, y en varios momentos bajando la mano y rematando las tandas con ajustados pases de pecho.
En su primer toro pinchó, estocada entera y descabello. En su segundo, otra vez pinchó en el primer intento y entera. A pesar de su entrega y su buen quehacer, la espada lo privó del corte de orejas en estos dos.
En su tercero, las cosas cambiaron con la espada y Castella se la jugó para no irse en blanco. Su faena de muleta la inició con un electrizante pase cambiado por la espalda. Y tras un buen manejo de las dos manos, el torero francés llevó a cabo una faena meritoria, la que remata con una estocada y un descabello.
En cuanto a Pablo Hermoso, a destacar su labor en su segundo toro, que, aunque no tuvo la acometividad esperada, el rejoneador español logró sortear con éxito las dificultades que le presentó, incluyendo tumbar al caballo. Las diferentes suertes las ejecutó yendo al toro de frente y colocando los rejones, las banderillas largas y cortas, al igual que una rosa y el rejón de muerte, dejando llegar al toro al estribo.
Como reza el titular de esta reseña, la afición renace en Cartagena y, gracias a la empresa Chopera-Castella Toros, y por el torero Sebastián Castella, uno de los mejores diestros del mundo en la actualidad. Así que solo esperamos que nuestra querida plaza de toros vuelva a tomar la relevancia que años atrás tuvo. ¡Enhorabuena!
RICARDO LÓPÉZ SOLANO
Especial para EL TIEMPO