Trabajar en un espacio de oficinas compartidas, usar servicios como UberPool, en el que varias personas pueden compartir el viaje de una misma ruta o ir a otro país hospedándose en una casa familiar... el llamado modelo de consumo ‘colaborativo’ se impone cada vez más, y el mundo digital es el escenario en el que se desarrollan estas iniciativas. La rama del turismo es una de las líderes de esta tendencia con plataformas como Airbnb, que les permite a sus usuarios ganar dinero al hospedar a alguien en un espacio libre de la casa.
Pero rápidamente surgen nuevas ideas. ¿Qué tal una plataforma en la que, en vez de ganar plata por alojar en su casa, usted obtuviera ‘noches’, una especie de moneda virtual que después podrá utilizar para viajes suyos? Así funciona NightSwapping, una ‘startup’ francesa que ya cuenta con 180.000 miembros en todo el mundo, incluyendo más de 45.000 en América Latina y 1.800 en Colombia.
“Cuando un anfitrión hospeda en casa, ya sea en habitación de invitados o apartamento entero, gana noches. Las noches que haya acumulado las puede utilizar después para hospedarse en casa de otro miembro sin pagar nada, solo los gastos de gestión de 9,90 dólares (28.000 pesos)”, le dijo a EL TIEMPO Ana María Güezmes, ‘country manager’ de la plataforma en España.
Claudia Sánchez recibió en su hogar en Bogotá, en octubre del año pasado, a una pareja de españoles que estaba recorriendo Suramérica. Su objetivo era poder ganar noches para un viaje que planea hacer a Europa en julio del 2018. Igualmente, en un apartamento que tiene en Cartagena les brindó alojamiento a Cristina Romagosa y José Alejandro Adamuz, dos blogueros españoles que viajaron juntos durante 20 meses para recorrer el continente entero, desde México hasta la Patagonia. La pareja tuvo la oportunidad de adquirir noches, pues la empresa ofrece la posibilidad de comprarlas a un precio de entre 7 y 49 euros (entre 21.000 y 151.000 pesos), dependiendo el tipo de vivienda.
“Creamos el perfil, en el que explicamos quiénes somos; contactamos con algunos anfitriones y finalmente probamos la experiencia. También estuvimos en Bogotá”, contó Romagosa.
Entre los beneficios, Adamauz resalta el confort, la buena atención de los anfitriones y el hecho de que no exista una contraprestación monetaria, lo que permite que haya “una relación más relajada que cuando hay dinero de por medio”.
“En el caso de Bogotá, estuvimos donde una familia que nos enseñó otros sitios que normalmente no aparecen en la guía de turismo. Además, no nos quedamos en un barrio turístico sino en uno más residencial, así que pudimos descubrir cómo es la vida diaria de la ciudad”, agregó Romagosa, quien junto con su pareja retrata todas sus experiencias de viaje en el blog Ahora toca viajar.
Otra de las ventajas que ofrece la herramienta es que no existe una reciprocidad directa. “No es obligatorio viajar a casas iguales que las de uno mismo y en las mismas fechas. En nuestra web, un anfitrión puede hospedar a un miembro de Nueva York en diciembre y después usar sus noches para irse con su familia entera a la casa de un miembro de París”, explica Güezmes.
Quienes accedan al servicio obtienen automáticamente un seguro, y para garantizar mayor tranquilidad cada perfil es revisado minuciosamente antes de que sea autorizado para publicar un anuncio.
La plataforma, con la que, según sus creadores, se logra un ahorro de un 66 por ciento del presupuesto del viaje, también cuenta con un servicio de mensajería que permite el contacto rápido entre los usuarios.
El principal objetivo hacia el futuro es lograr llegar a un millón de usuarios para finales del 2018. Esperan que el concepto de ‘trueque’ y su mensaje de vivir como una persona local, sentirse como en casa fuera de ella e intercambiar de forma amistosa sean aprovechados por más público en Colombia.
TECNÓSFERA