Aun cuando la capital del departamento de Bolívar pasa por un gran momento económico, gracias al repunte de la industria, al desarrollo del turismo y a la actividad portuaria, es la segunda ciudad del país con el más alto índice de exclusión social, solo detrás de Cúcuta.
Así lo revela un documento de estudios de economía regional del Banco de la República, titulado ‘La exclusión en los tiempos del auge: el caso de Cartagena’, elaborado por Jhorland Ayala García y Adolfo Meisel Roca, codirector del Emisor.
Esta investigación, que también analizó la vulnerabilidad ambiental de La Heroica, describe los más importantes indicadores socioeconómicos de esa ciudad frente a otras 12 capitales colombianas, y allí se evidencia un rezago relativo de Cartagena en materia de pobreza y cobertura de servicios públicos básicos.
“En términos ambientales, la vulnerabilidad es mayor en las zonas donde habita la población de menos ingresos, que coincide con los barrios con mayor proporción de afrodescendientes”, indica el documento.
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Para sustentar sus afirmaciones, y como parte de su análisis, los autores señalan que Cartagena –por número de habitantes (1’013.389 al cierre del 2016)– es la quinta ciudad más grande del país y, con base en datos del 2014, si se mira por actividad económica registró un producto interno bruto (PIB) por habitante que equivale a 15,6 millones de pesos, que la convierte en la tercera con el valor más alto después de Bogotá (19,7 millones de pesos) y Bucaramanga (18,8 millones de pesos).
Esa relevancia en su economía es atribuida al auge de los sectores mencionados, representados en hechos concretos como la modernización y puesta en marcha en el 2015 de la Refinería de Cartagena (Reficar). Con ella, “se espera aumente el PIB industrial nacional en 5,8 puntos porcentuales en el 2016 (Anif, 2016), lo que ratifica a Cartagena como la cuarta ciudad industrial del país”, anota el informe. Así mismo, explican que su crecimiento se soporta en el promedio del turismo extranjero, que subió el 13 por ciento entre el 2011 y el 2014, mientras en el país ese aumento fue del 7,7 por ciento, y en el mundo, de 4,4 por ciento, de acuerdo con datos del 2015 de la Corporación Turismo Cartagena.
Y el tercer indicador del progreso de la ciudad se encuentra en el sector portuario que. Según la investigación, ha registrado un crecimiento importante, puesto que en el 2015 el puerto de Cartagena fue el que movilizó el mayor volumen de carga del país.
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No obstante, a pesar de estas bondades, la ciudad viene registrando en los últimos años una alta incidencia de la pobreza monetaria que, aunque en términos porcentuales disminuye del 2012 al 2015 (pasó del 32,7 al 26,2 por ciento), empeora su posición en el escalafón nacional, pues pasa del tercer al segundo lugar en ese mismo lapso.
A esto se suma una informalidad laboral del 55,3 por ciento en el 2015, frente al 48,1 por ciento que fue el promedio de las 13 principales capitales. “Incluso, entre las seis ciudades más grandes del país, Cartagena no solo registró el mayor indicador de pobreza en el 2015, sino que también ocupó el segundo puesto en informalidad laboral”, advierte el documento del Banco de la República.
La metodología
De acuerdo con Jhorland Ayala García, uno de los autores de la investigación, para este trabajo se basaron en diferentes estudios internacionales, en los que lo primero y lo principal es la pobreza, como gran indicador para medir la exclusión social.
Y luego se analizan otros, como el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad), al igual que factores sociales y familiares como el embarazo adolescente, las coberturas en educación, salud y pensión.
“Dentro de la metodología para establecer el índice de exclusión social, nosotros estudiamos 12 variables que le aportan a ese índice, unas que lo aumentan y otras que lo reducen. Con esas 12 variables conformamos cuatro componentes principales y a cada uno de ellos le dimos diferente importancia”, señaló Ayala.
Así las cosas, en el primer componente –que es el más importante, le asignaron un valor total del 23 por ciento y es el que definió el orden del escalafón nacional de exclusión–, la pobreza es el indicador más relevante, como parte de las variantes económicas.
En el segundo componente lo que más pesa, y que recibió un valor del 22 por ciento, es la tasa de desempleo (variantes de mercado laboral), donde Cali aparece con el índice más alto (5,85), seguida por Cúcuta (5,34), Pereira (4,40), Medellín (4,02) e Ibagué (3,73).
Mientras que en el tercero, con un 20 por ciento de valor, lo que prima son las variables de educación y pensión. Aquí, los índices más altos los tienen Bucaramanga (5,27) y Cúcuta (4,89), y los más bajos, Bogotá (0,82) y Pasto (0,99).
Y en el cuarto componente, con un 14 por ciento de valor asignado, lo que más aporta a la exclusión son las variables relacionadas con calidad de vida (expectativas de vida al nacer y personas que no aportan a pensión). En este ítem, Barranquilla tiene el índice más alto, con el 5,07, y Pasto el menor, con 0,49.
Con este análisis, los autores plantean la necesidad de aprovechar la coyuntura actual y al mismo tiempo diseñar políticas que permitan que Cartagena reduzca la exclusión social y que se prepare mejor para afrontar el cambio climático.
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Impactada por los constantes problemas asociados a la principal zona de frontera con Venezuela y otros propios de su realidad actual, Cúcuta aparece con el mayor índice de exclusión social de Colombia (5,63).
Y en contraste, su vecina Bucaramanga es la capital del país donde este fenómeno es menos recurrente. Con un porcentaje casi nulo, la ‘ciudad bonita’ presenta un índice de apenas 0,29.
En ese escalafón nacional, a Cúcuta la siguen Cartagena, Montería, Pasto y Barranquilla, el top 5 de las urbes donde este flagelo predomina con mayor incidencia.
Al otro extremo de esa lista aparecen las ciudades de Medellín, Ibagué, Manizales, Bogotá y Bucaramanga con los mejores indicadores en cuanto a la exclusión social.
Estos datos forman parte de los resultados del estudio ‘La exclusión en los tiempos del auge: el caso de Cartagena’, que integra la serie ‘Documentos de trabajo sobre economía regional’, una publicación del Banco de la República.
En relación con lo que sucede en Cúcuta, Jhorland Ayala García, uno de los autores del informe, afirmó que la ciudad actualmente presenta esos indicadores por la crisis que se vive en la frontera colombovenezolana –con pobreza y desempleo disparados en los últimos años– y no porque allá exista estructuralmente un fenómeno de exclusión social.
A los autores les llamó la atención el caso de Bucaramanga, puesto que frente a las otras 12 principales capitales está muy bien calificada en muchos indicadores y es una ciudad mucho más incluyente, incluso más que la misma Bogotá.
Ese trabajo también permitió otros hallazgos importantes, como lo sucedido con las variables de la costa norte, que están ubicadas por encima de la mediana, es decir, ocupan los primeros lugares.
Es así como Cartagena, Montería y Barranquilla están muy cerca en ese índice de exclusión, y se convierte en un fenómeno que para los autores vale la pena analizar.
Jhorland Ayala considera que el principal reto para combatir esa exclusión en el país es la eliminación de la pobreza extrema y luego seguir con la llamada pobreza monetaria y el desempleo.
“Esas son las tres variables que, según nuestro estudio, es hacia donde se deben dirigir los mayores esfuerzos”, señaló Ayala García.
ALEJANDRO RAMÍREZ PEÑA
Redacción Economía y Negocios