La mujer que castigó a su hijo de dos años atándolo de manos contra un palo en su vivienda del barrio 9 de agosto de Tierralta, en Córdoba, dio las explicaciones del por qué acudió al severo castigo contra el menor, asegurando que lo hizo para corregirlo.
Aunque el caso ocurrió el pasado 2 de diciembre, sólo hasta este viernes fue conocido por la opinión pública, a través de un video que circuló en redes sociales y que muestra el procedimiento de la Policía para rescatar al menor y capturar a la mujer.
Shirley Carolina Muslago Martínez, de 22 años de edad, madre soltera de tres niños de 5, 3 y 2 años, es una campesina que buscó refugio en uno de los barrios deprimidos de Tierralta, tras huir de la violencia en el campo y quien hoy es la protagonista de un nuevo escándalo de violencia intrafamiliar.
Aunque fue capturada, un juez la dejó en libertad pero con vigilancia de la Policía, mientras que el menor permanece bajo la custodia del Icbf.
Ella asegura que el 2 de diciembre del año pasado, día en que fue descubierto el hecho, el niño había estado bastante inquieto y en dos ocasiones estuvo expuesto a ser atropellado por una motocicleta, además había realizado varias 'pataletas' botando la comida.
"Dos razones tengo para amarrar al niño: porque varias veces casi me lo atropella una moto y también porque botó la comida del mediodía y el agua de tomar. Pero lo hice en el momento... ¿cómo le digo yo? Pa' no pegarle porque ya no hacía caso", explica.
Aunque no oculta su arrepentimiento por lo ocurrido, manifiesta que el método es utilizado por otras personas, aunque no señala con precisión a quién se refiere.
"Bueno varias veces personas han castigado así a los niños. Yo he visto personas...Estoy arrepentida, no lo hice por malo, lo hice fue para corregir a mi hijo. No vi otra forma (sic)", recalca.
Manifiesta que durante su infancia ella también sufrió los vejámenes de ser castigada atada a un árbol bajo el inclemente sol y fue maltratada físicamente por su padre.
"Yo cuando no quería obedecer, cuando era pequeña, a mi me amarraban a un palo en el sol, pero no lo hice por eso.
Cuando chiquita yo sí fui maltratada, mi papá me pegaba a mí, en la cara tengo cicatrices". relata.
Finalmente, Shirley Carolina Muslago Martínez, pidió ayuda para poder criar a sus hijos a quienes tiene que atender sola ante la ausencia de su marido, de quien asegura no recibe suficientes ayudas económicas.
"Yo soy la mamá de ellos y tengo que buscar la forma, la comida, los remedios, yo hago el papel de papá y mamá porque ajá, ¿papá a dónde? El papá...sí me da plata y me ayuda con mis hijos, pero si estoy con él y yo no quiero eso. Si me ayuda, que me ayude con mis hijos y no que tenga que acostarme con él pa poderme ganar lo que me va a dar, no, eso no", dijo.
GUDILFREDO AVENDAÑO MÉNDEZ
Especial para EL TIEMPO
Tierralta (Córdoba)