Yuberjen Martínez e Íngrit Valencia, medallistas olímpicos de Colombia en Río de Janeiro 2016 tienen las metas bien centradas y, por ahora, no piensan en irse al boxeo profesional y se quedarán como aficionados.
El año pasado, la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (Aiba) abrió las puertas para que los pugilistas profesionales puedan competir en los Juegos Olímpicos, pero varias asociaciones, como el Consejo Mundial de Boxeo (CMB), se han mostrado en contra de esa decisión por considerarla “peligrosa”, porque no sería bueno que un atleta con experiencia y maduro enfrente a un novato en una justa tan importante.
Mientras el tema se calienta en el mundo y se definen las políticas con miras a las justas de Tokio 2020, Martínez y Valencia se preparan para afrontar una dura temporada, con objetivos claros de seguir haciendo parte del ciclo olímpico.
“Lo he pensado mucho, pero he tomado la decisión de quedarme como aficionado, al menos hasta que un empresario me dañe la cabeza”, le dijo Martínez a EL TIEMPO.
Yuberjen obtuvo plata olímpica en la categoría de los 49 kilos; en el combate por el oro fue derrotado por el uzbeco Hasanboy Dusmatov, quien le impidió convertirse en el primer pugilista nacional en conseguir ese máximo logro que aún no lo ha mareado, porque mantiene los pies en la tierra y advirtió que no bajará la guardia.
Sin embargo, cree que puede ir más lejos. “Me quedo acá, como aficionado, porque quiero el oro olímpico en Tokio 2020; quiero hacer todo el ciclo y prepararme para ir a Japón en busca de lo que se me perdió en Río, esa es la idea que tengo”, precisó Martínez.
Para llegar a la final olímpica, Yuberjen venció en la primera ronda al brasileño Patrick Lourenco, en su segunda al filipino Rogen Landon, en la tercera al español Samuel Carmona y en la cuarta al cubano Joahnys Argilago.
Hoy, ya ha comenzado entrenamientos, dejó atrás las celebraciones, los diplomas, los trofeos, los homenajes y ya está encima del cuadrilátero para ir buscando la mejor forma para el 2017.
“No hay que bajar la guardia, toca estar preparado y por eso uno no se puede descuidar, ya está bueno de celebraciones y comenzamos a trabajar fuerte porque los retos son duros”, aseguró Martínez, quien recibió la Orden del Zurriago, como uno de los deportistas más importantes de Antioquia en el 2016.
Pero su trabajo no solo ha sido en la lona, se ha dedicado a ayudarle a su región, a Chigorodó y ha tenido la oportunidad de sacar adelante varios proyectos.
“Ya he concretado varias cosas, entre ellas, que se construya la unidad deportiva, eso es urgente, porque hay muchos deportistas que se están perdiendo. Ya hay una repuesta positiva del Gobierno y espero que se cumpla todo”, dijo el boxeador.
Los retos de Valencia
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Por su parte, Íngrit Valencia ratificó con condición de deportista olímpica, aunque ha escuchado ofertas de varios empresarios para saltar al profesionalismo.
“La actualidad de Íngrit es que se queda en el boxeo aficionado. La meta está en el oro de los Olímpicos de Tokio 2020, aunque todo puede cambiar de un momento a otro”, le dijo a EL TIEMPO Raúl Ortiz, esposo y técnico de la pugilista.
Valencia logró la medalla de bronce en la categoría de los 51 kilos de los Olímpicos de Río de Janeiro, tras caer con la francesa Sarah Ourahmoune.
“Ofertas no han faltado, pero no hay nada concreto. Incluso, nos hemos reunidos con algunos empresarios, pero nada fijo”, declaró Ortiz.
En Ibagué, Íngrit Valencia ya comenzó entrenamientos con miras a la temporada del 2017. La pugilista de 28 años tiene tres retos importantes en los que solo piensa en el título: el Campeonato Continental en junio a julio (sede por definir), el Mundial en agosto (cuya sede no se ha dado a conocer) y los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, en noviembre.
“Ya estamos trabajando, adelantando todo lo que atañe a estos tres compromisos. También tendremos concentraciones en el país y fuera de él, siempre pensando en seguir acumulando experiencia y títulos”, añadió el entrenador.
“Por ahora seguir acá, pero si sale algo concreto para irnos al profesionalismo, pues lo estudiaríamos; uno nunca sabe lo que va a pasar”, aclaró Ortiz.
LISANDRO RENGIFO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter @LisandroAbel