Tener despejada la autopista Medellín-Bogotá antes del puente del 6 de enero era el estimado del Puesto de Mando Unificado (PMU) que trabaja desde hace una semana para remover un talud de tierra que tenía en riesgo la movilidad en el kilómetro 14+350.
Sin embargo, a pesar de que se trabaja de manera continuada en la zona, fue poco el avance en horas de la mañana, sin embargo, en horas de la tarde, el resultado fue mejor. Así lo informó el concesionario Devimed, encargado del mantenimiento de la vía.
Según el concesionario, este miércoles, cuya fecha de cierre de trabajo es a las 9:00 de la noche, se recogieron 2.500 metros cúbicos de material. Además, en total desde el domingo al miércoles van 6.500 metros cúbicos de tierra removida, los cuales están siendo llevados a las zonas de depósito en Rionegro por parte de la empresa Ingetierras y Girardota por Procopal.
En total hay 60.000 metros cúbicos de material. De esos, todavía permanece mucho material colgando en la ladera lo que vuelve peligroso el trabajo para los operarios.
Debido a ese riesgo, las labores que adelantan las hacen de manera lenta y cautelosa. “Hoy se subirá con equipos a la parte alta del talud a perfilar desde arriba y tirar material de cargue”, expresó un vocero de Devimed.
De otro lado, el radar instalado por la empresa, muestra un proceso de deformación progresivo que representa amenaza de deslizamiento por lo que la autopista debe permanecer cerrada para garantizar la seguridad de los transeúntes.
Aún no se tiene establecida una posible reapertura parcial o total de la vía, a pesar de que el estimado era tener habilitada, al menos esta semana, la calzada de descenso habilitada en flujo y contraflujo.
Por el momento continúan los trabajos en la zona y se espera que el próximo jueves se defina una posible fecha de normalización de la vía.
Tras una semana del cierre, las afectaciones no solo han sido en tiempo para el flujo vehicular que transita por la zona, sino también en pérdidas económicas.
A los negocios que permanecen cerrados en la zona, en la jurisdicción de Copacabana, se suman la de los transportadores de carga, que informan que en los ocho días de cierre, los costos de transporte se han incrementado un 15 por ciento sin tener en cuenta el núcleo cesante por la restricción puestas por las autoridades.
Gustavo Montoya, vocero de la Asocación de Transportadores de Carga (ATC), manifestó que las pérdidas económicas son casi imposibles de cuantificar. “Pero lo que más nos afecta son las reglamentaciones que ha puesto el Estado, pues está deteniendo los camiones para darle paso a los particulares. Y no nos parece justo”, expresó.
Agregó que en Antioquia, solo por taponamiento de la vía, los viajes se han disminuido en un 20 por ciento, pero por la restricción de horarios, han incrementado hasta un 80 por ciento.
MEDELLÍN