En la que ha sido considerada por la ONU como “la mayor crisis humanitaria” desde la Segunda Guerra Mundial, las primeras horas del 2017 revelaron que este drama no disminuirá a corto, mediado ni largo plazo, sino por el contrario se vislumbra como un periodo donde serán más frecuentes las imágenes y noticias de miles de refugiados en su afán desesperado por llegar a Europa.
Una y otra vez se repiten escenas como la que protagonizaron la madrugada del Año Nuevo más de 1.000 inmigrantes subsaharianos al tratar de cruzar de manera violenta la doble valla que divide el enclave español de Ceuta con Marruecos o el sorpresivo hallazgo de un menor de edad escondido en una maleta.
Durante la violenta incursión que duró horas, cinco agentes españoles y 50 marroquíes resultaron heridos, incluido uno que perdió un ojo. Lo mismo que dos de los inmigrantes resultaron gravemente heridos y fueron trasladados al hospital en la ciudad de Ceuta.
Intentaron “forzar algunas de las puertas del vallado exterior, utilizando para ello barras de hierro, cizallas y piedras de gran tamaño, con las que han agredido, tanto a las fuerzas marroquíes como a los agentes de la Guardia Civil”, explicó un delegado del Gobierno en esa ciudad española.
Al mismo tiempo que ocurrían estos hechos, la Guardia Civil informó de la detención en Ceuta de una joven marroquí, de 22 años, cuando pretendía cruzar la frontera con un inmigrante subsahariano que había escondido en el interior de una maleta que iba apoyada sobre un carro. ( Lea también: 'El 2016, un año mortifero en el Mediterráneo para los inmigrantes')
El inmigrante rescatado, carente de documentación, manifestó llamarse F. T., natural de Gabón y de 19 años, pero parece de menos. El 9 de diciembre otros 400 inmigrantes trataron de saltar la valla. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos suelen criticar el trato de las autoridades españolas a los inmigrantes en los enclaves de Ceuta y Melilla, las dos únicas fronteras terrestres entre la Unión Europea y África.
En ambos enclaves el objetivo de los refugiados es alcanzar el centro de estancia temporal (Ceti), donde pueden presentar una demanda de asilo. Sin embargo, no siempre es el caso, según algunas ONG. En noviembre, Amnistía Internacional calificó estas dos ciudades como territorios “sin derechos para personas migrantes y refugiadas”.
Entre el 1.° de enero y el 30 de septiembre del año pasado, unos 10.800 migrantes alcanzaron España por vía terrestre o marítima, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Redacción Internacional*
*Con información de Efe y AFP