Después de la publicación de su historia en EL TIEMPO, el joven, padre de una niña de 9 años, recibió llamadas que le permitirán tener su silla de ruedas y así seguir trabajando. “Sin silla ni celulares no puedo trabajar”, sostiene.
Este joven se dedica a la venta de minutos para el sustento de su hija y apoyar a sus padres y a un sobrino.
En la noche del domingo, luefo de trabajar en la Lo,a de Cruz y cuando regresaba a su casa del barrio San Cayetano, apareció un joven que “se ofreció a darle un empujón por la subida a esa ladera.
Al contrario, lo llevó a un sitio solitario para quitarle el canguro, la gorra, los tenis, dos celulares y la silla de ruedas. Alberto sufrió un chuzón en el pecho al oponerse.
El vendedor de minutos dice que ha recibido llamadas de aopoyo y le prometieron una silla de ruedas. Tambipén le ofrecieron un celular para que pueda trabajar.
Desde el 3 de enero de 2010, Alberto quedó en silla de ruedas cuando recibió una bala en un ataque que dejó 3 muertos en Villa del Lago.