Klaus-Dieter Lehmann, presidente a nivel mundial del Goethe-Institut, institución cultural alemana con presencia en Colombia y en otros 90 países que cumplió 60 años de existencia, estuvo en Colombia y compartió sus reflexiones acerca del papel de la cultura en el posconflicto y del futuro de la misión del instituto y de la cooperación con Colombia:
Aquí en Colombia, estamos hablando sobre el posconflicto y el rol que la cultura puede jugar en ese escenario. ¿Qué podemos aprender acerca de la historia alemana en ese terreno?
La historia de Alemania ofrece lecciones tanto en desastre como en recuperación. Tras la Segunda Guerra Mundial, una aceptación general y una reflexión sobre la culpabilidad de los alemanes ha sido una precondición para la reconciliación gradual de Alemania con sus vecinos y otrora enemigos. Al mismo tiempo, un compromiso colectivo hacia el futuro fue importante para el proceso de reconstrucción. ¿Pueden el arte y la cultura tener un impacto en tiempos de posconflicto? Soy de la idea de que el vivir juntos como seres humanos es un logro cultural. Así que no debemos permitirnos el ser desanimados. Cultura y educación jugaron y siguen jugando un papel crucial en este proceso, además para asegurar que la carga del pasado Nazi nunca debe ser olvidado. Testigos de los periodos oscuros de la historia alemana han sido y siguen siendo invitados a las escuelas a dar testimonio. Esto puede ser el caso del periodo de la partición alemana.
¿No es costoso reconstruir la sociedad alrededor de la cultura?
Por el contrario, un país tiene que pagar caro si no invierte en cultura. En mi opinión, invertir en cultura es una inversión sostenible en el futuro de la sociedad. El arte no debe ser una panacea. Si no, no hay esperanza, el único camino sería la resignación o escapar. Invertir en actividades culturales y educaciones es muy valioso. No hacer este trabajo creativo significaría renunciar a lo que puede lograr la gente. El arte y la cultura no son un lujo o mera ornamentación, sino que le dan forma a la fuente de nuestras sociedades. Ellos están al servicio de la humanidad para cambiar cosas, para cuestionar clichés, para ayudar a lo políticamente correcto para afirmarse y para proporcionar esperanza y perspectiva. Identificar la formación tanto en lo individual como a nivel nacional, eso está basado en la cultura.
¿Cuáles sectores de la sociedad deben involucrarse si la cultura jugará un rol importante en esto?
Por supuesto, las instituciones culturales como los museos y los teatros, así como los artistas y la sociedad civil son las partes interesadas más importantes. La libertad artística es crucial en este contexto. Es importante alcanzar a una generación joven de la sociedad, la juventud es el futuro de un país. Arte y cultura pueden ayudarlos a aprender qué significa el respeto mutuo y la solidaridad.
El intercambio cultural entre Alemania y Colombia es muy importante. ¿Alemania tiene planes para colaborar con Colombia en el escenario del posconflicto?
El Goethe-Institut de Bogotá ha sido muy activo en estos 60 años en los terrenos del intercambio cultural y del idioma alemán. Desde el comienzo de las negociaciones de paz en La Habana, en 2013, ha establecido temas de cubrimiento como la cultura de la memoria, la historia alemana, la participación cultural en el desarrollo urbano, etc. colaborando con las partes involucradas como el Centro Nacional de Memoria Histórica. Comenzando el próximo año, el nuevo proyecto regional del Goethe 'The Future of Memory' (el futuro de la memoria) ofrecerá diálogos internacionales en siete ciudades latinoamericanas y una plataforma interactiva en línea para la reflexión. También, en 2017, la sexta edición de Experimenta / Sur manejará el tema 'Consumo y pérdida de memoria'.
La historia del Goethe Institut es muy rica y muy extensa en todo el mundo, muchas experiencias. Seguro va más allá del intercambio cultural. ¿Cómo define usted la influencia del Goethe Institute en todos estos años?
Continuamente hemos promovido el conocimiento del lenguaje alemán y la cooperación cultural internacional. Nuestros programas culturales y educacionales alientan el diálogo intercultural. Estos fortalecen el desarrollo de estructuras en la sociedad civil y fomentan la movilidad mundial. Con una red de 160 institutos Goethe en 90 países, hemos sido el primer punto de contacto para un extenso número de personas alrededor del mundo con Alemania por estos 60 años. Nuestras alianzas más longevas con instituciones líderes e individuales en todo el mundo ha creado una confianza mutua entre Alemania y los países que nos han recibido. Somos aliados de todo aquel que quiera engancharse con Alemania y su cultura, trabajando independientemente y sin ataduras políticas.
¿Cómo será el futuro de la misión del Goethe-Institut?
Actualmente, hay tres enfoques especiales. Primero, nuestro trabajo con los refugiados tanto en Alemania como en los países vecinos de Siria como Jordania y Líbano. Segundo, nuestros programas de capacitación en países en los que la infraestructura cultural apenas existe. No debemos olvidar que a pesar de la angustia aguda y las demandas necesarias de integración en Alemania, no todas las personas son nómadas. Por esta razón, el Goethe-Institut está trabajando intensamente en medidas de antidesestabilización para estas sociedades. En las sociedades erosionadas, los defensores de la educación pueden formar el corazón con quienes establecemos como comunidades de aprendizaje, construir y expandir la infraestructura cultural y crear oportunidades locales. Un tercer enfoque en nuestras inversiones en residencias artísticas.
Hace unos días, justo antes de venir a Colombia, inauguré un nuevo programa de residencia en Vila Sul, en Salvador de Bahía, en Brasil, y el Goethe-Institut Bogotá recientemente selló una residencia de tres años con el grupo local artístico Más Arte Más Acción.
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO