Pese a estar legalmente inhabilitado para una nueva reelección luego de que esta opción fue rechazada en un referéndum en febrero pasado, el presidente boliviano Evo Morales anunció su intención de postularse a un cuarto mandato para el periodo 2020-2025, para lo cual explora cuatro caminos jurídicos, alguno de los cuales le permitirá continuar en el poder, al que llegó en enero del 2006 tras ganar su primera elección en el 2005.
El principal argumento para pasar por encima de la decisión de los votantes en el referendo de febrero pasado tiene que ver con que, según Morales, la gente salió a votar dicho referendo impactada por el escándalo en el que se vio implicado luego de que una de sus exparejas dijo tener un hijo suyo.
La mujer era la representante de una empresa china que tiene millonarios contratos con el Estado, por lo que el fantasma de la corrupción y el tráfico de influencias salpicó al mandatario. Al final se comprobó la inexistencia del supuesto hijo, y su expareja está detenida y es investigada por legitimación de ganancias ilícitas, es decir, blanqueo de dinero.
Para Morales, el hecho de que apenas el 51,30 por ciento de los electores hubiera rechazado su propuesta en el referendo es la señal de que el escándalo y “la manipulación mentirosa” precipitaron su ajustada derrota.
“Si el pueblo dice ‘vamos con Evo’, ningún problema. Vamos a seguir derrotando a la derecha, vamos a seguir ganando a la derecha. Tantas veces le hemos ganado a la derecha. Tengo mucha confianza en nuestros movimientos sociales”, exclamó el mandatario en la clausura el sábado del congreso de su partido, Movimiento Al Socialismo (MAS), que reunió a 5.000 delegados que le propusieron esas cuatro vías.
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El artículo 168
El artículo 168 de la Constitución solo permite dos mandatos consecutivos, pero el gobernante logró antes una autorización del Tribunal Constitucional para su postulación del 2014, que coronó con un triunfo que le permitió el tercer mandato que ejerce.
En aquel momento, se aplicó una reforma parcial a la Constitución del 2009, aprobada por el Congreso de mayoría oficialista que consideró que su anterior gestión no debía contarse, pues tuvo lugar cuando Bolivia era considerada una República y no un Estado Plurinacional –como se proclamó en el 2009–, denominación bajo la cual Morales había ejercido un solo mandato. Argumento similar al esgrimido por Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador.
La primera vía para reelegir a Morales es una reforma parcial de la Constitución, del citado artículo 168, a través de una iniciativa ciudadana para recolectar firmas de 20 por ciento del padrón electoral.
La segunda propuesta es que dos tercios de los miembros de la Asamblea Legislativa, controlada por el oficialismo, apruebe la modificación parcial de la Constitución. No obstante, en ambos casos se necesitará otro referendo.
La tercera es que el presidente renuncie, al menos seis meses antes del fin de su periodo, adelantando el término de su actual mandato; y la cuarta vía es solicitar al Tribunal Constitucional su habilitación mediante una interpretación sobre los derechos políticos establecidos en la Carta Magna.
La senadora opositora Jeanine Añez, de la bancada de Unidad Demócrata (derecha), lamentó que el oficialismo “no quiera respetar la decisión de la gente” que expresó su voluntad en el referéndum, realizado a iniciativa del propio Gobierno. “¿Qué clase de democracia quiere implantar Morales?”, se preguntó la opositora. Se quiere “abrir una Constitución” que tiene apenas pocos años de vigencia “para buscar una nueva reelección del Presidente”, afirmó.
“La decisión muestra la evidencia de que el MAS no tiene recambio político”, dijo, por su parte, el analista y experto en marketing político Ricardo Paz, al señalar que un proceso que había generado gran esperanza en la población “ha devenido en un proyecto de poder unipersonal”.
EFE Y AFP
La Paz