No hay duda de que el mes de diciembre conmueve corazones, de tal forma que para muchos la época es de alegría o de mucha nostalgia. Inevitablemente, al relacionar la Navidad con regalos muchos esperan recibir, pero algunos se van a sentir apocados por no poder darlos, y con ese sentimiento en el alma prefieren huirles a las celebraciones. A veces se nos olvida que el mejor regalo lo tenemos en el alma: es el abrazo que podemos dar al tener vida y el compartir en familia la novena de Navidad, cantando al unísono con voces destempladas acompañadas de panderetas. No hay que olvidar a los enfermos, no solo del cuerpo, sino a aquellos que sufren depresión; tenderles la mano y hacerles comprender que son importantes para nosotros, no solo en Navidad, sino siempre.
Adriana Arciniegas Galindo
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Señor Director:
Ahora que empezaron las novenas, que se han iluminado las ciudades, que se vive un ambiente de fiesta y de fe, es cuando más duelen los hechos dolorosos. Pienso en la familia de la niña Yuliana y pido a Dios que le dé valor. Deben saber que millones de personas estamos con ellos. Y pienso en las familias de los secuestrados. Es hora de que sus captores tengan un instante de humanidad y los liberen. Ni la sociedad ni el país merecen este horror. Pienso en los desplazados. Ánimo, y confiemos en que la paz vendrá. A ver si algún día la Navidad es realmente feliz para todos.
Lucila González de M.
La izquierda en su laberinto
Señor Director:
Dan lástima, por decir lo menos, los enfrentamientos de los líderes de la izquierda, cuando deberían estar más bien unidos para ser una alternativa de poder. Resulta paradójico apreciar cómo don Álvaro Uribe –así sea zurriago en mano– sí logra alinear y organizar su rebaño, en lista única y cerrada. En cambio, la izquierda, que tiene más urgencia de la unidad, anda dispersa y enfrentada por argumentos baladíes. Para ser verdadera alternativa, la izquierda o movimientos democráticos deberían unirse para presentar candidatos no fundamentalistas, no confrontadores, y sí meritorios en sus realizaciones. Como José Fernando Isaza, María Emma Mejía, Antonio Navarro...
Fidel Vanegas Cantor
¿Y los pensionados?
Señor Director:
Los pensionados estamos en el peor de los mundos. La promesa de campaña del hoy presidente Santos fue igualar los aportes a la salud (12 %) con los de los trabajadores (4 %), hasta ahora incumplida. Los incrementos anuales para nosotros se hacen con base en el IPC, mientras que el salario mínimo se negocia siempre por encima de este. Y para rematar, no obstante la reiterada afirmación del Minhacienda de no gravar las pensiones, sorpresivamente fueron incluidas en la reforma tributaria. ¿Quién podrá defendernos?
Francisco José Restrepo
Bogotá
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