Luego de que el director nacional del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, presentó los resultados del examen forense por el caso de la bugueña Dora Lilia Gálvez, se produjo en el Valle toda una polémica, ya que dicha investigación se hacía por supuesto abuso sexual, golpes en la cabeza, y quemaduras de primer y segundo grado.
Por ello, la confusión y el desconcierto predominan entre los vallecaucaucanos, bugueños y funcionarios de la misma Alcaldía de Buga, en el centro del Valle del Cauca, que también habían asumido que Dora Lilia, de 44 años, había sido víctima de violencia sexual.
De hecho, el mes pasado apoyaron y promovieron manifestaciones con organismos defensores de género y de la comunidad LGBTI. Dora había sostenido hace nueve años una relación con una mujer y, según su familia, había participado en actividades de este grupo.
Ante tal confusión, el subgerente médico del Hospital San José de Buga, Carlos Guillermo Sánchez, dijo que en esta institución "nunca afirmaron que Dora Lilia Galvéz había sido víctima de agresión sexual. Esa fue la versión que inicialmente dieron los familiares de la paciente en el hospital Divino Niño, que fue la institución que conoció el caso en primera instancia”.
El subgerente añadió que en el hospital se realizó un protocolo, de acuerdo con las declaraciones de los familiares de Dora Lilia, quienes siempre han mantenido la postura de que ella fue golpeada, violada y quemada. La hermana de Dora, Francia Elena Gálvez, dijo que no está de acuerdo con el parte que el miércoles de esta semana entregó Medicina Legal y sostiene que Dora fue asesinada. (Lea también: Dora Lilia no se recuperó de brutal ataque en Buga)
Pero el subgerente del San José dijo este jueves: "Nunca pudimos comprobar que la señora Dora Lilia había sido víctima de violación ni que hubiera sido golpeada con un elemento contundente, aunque sí tenía un trauma craneoencefálico severo, que se puede producir cuando una persona cae accidentalmente de su propia altura”. Igualmente, anotó que se mostró extrañado con las declaraciones de la familia sobre los golpes y la violación.
Sin embargo, las dudas no se aclaran, teniendo en cuenta que un comunicado de prensa del hospital San José, cuando Dora había ingresado a comienzos de noviembre, había planteado que el cuerpo tenía quemaduras de primer y segundo grado.
Ese comunicado también indicaba que Dora llegó al hospital San José como víctima de violencia sexual. También, en ese mismo documento, se señaló que cuando la mujer ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos, su diagnóstico fue politraumatismos, trauma craneoencefálico severo, sangrado cerebral, trauma de tórax y abdomen, lesiones en su vagina, trauma de tejidos blandos, quemaduras múltiples de grado 1 y 2, y falla respiratoria e intoxicación por algún tipo de droga o sustancia.
Esta versión fue conocida y sostenida por la Alcaldía de Buga, al punto de que el mandatario local, Julián Andrés Latorre, pedía celeridad en la investigación. Además, se ofrecieron 10 de los 30 millones de pesos como recompensa a quien diera información sobre los presuntos agresores de Dora Lilia. Los otros 20 millones los ofreció la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, quien estaba sorprendida de las pocas denuncias, por lo que les pedía a los vallecaucanos ayudar en la investigación sobre el supuesto crimen.
Sobre la versión de empalamiento, la misma Alcaldía de Buga sí había aclarado semanas después que el hospital no señaló esa situación.
Se había conocido también que la Fiscalía manejaba tres hipótesis sobre el supuesto asesinato. Así lo ratificó la Gobernación, donde también hay desconcierto, pues tenía informes de que seguía la investigación, inclusive, indagando a sospechosos.
En la Alcaldía de Buga, en relación con el repudio que se expresó, dijeron: "Nos basamos en informes de las instituciones de salud que atendieron a Dora, para tomar acciones de prevención contra la violencia a las mujeres".
Todo empezó el 6 de noviembre, cuando Dora Lilia limpiaba y arreglaba una casa de una allegada suya para alquilarla, en el barrio Sucre, en el noroccidente de este municipio vallecaucano. La mujer fue encontrada con hemorragia en la cabeza por su único hijo, quien la llevó al hospital Divino Niño; el 7 de diciembre, miembros de la familia, entre ellos, la hermana, la sacaron y la llevaron al hospital San José.
El director de Medicina Legal, Carlos Valdés, dijo el miércoles: “La causa de la muerte corresponde a la ruptura de un aneurisma de la arteria comunicante anterior, por ende, la manera de la muerte se determina como una muerte natural”, dijo Valdés. “Esto aclara mucha de las situaciones que se presentaron inicialmente, cuando a partir de un diagnóstico clínico se indicó que había sido ultrajada sexualmente, que había sido violentada y que había tenido signos de violencia. Se aclara que la muerte entonces correspondió a una ruptura de la arteria cerebral, la arteria comunicante anterior y que producto de esa ruptura entró en un estado de hipertensión endocraniana manejado en la clínica durante 22 días”.
También explicó: “En el cuerpo no se encontró ningún signo de violencia sexual, ni ningún tipo de trauma que pudiera estar asociado a ello, solamente el hallazgo de un aneurisma”.
“Inicialmente, el diagnóstico por el servicio de urgencias orientaba a eso (aparente violación), pero en ningún momento fue un diagnóstico forense, fue una impresión diagnóstica del servicio de urgencias de la clínica. En el abuso sexual no hay nada obvio. Fue una impresión diagnóstica al ingreso al servicio de urgencias, que posteriormente, la historia clínica del mismo servicio en la UCI aclaró”, explicó Valdés.
Sobre las presuntas quemaduras, fuentes de Medicina Legal respondieron: "En la historia clínica tomaron algunas heridas como tal”.
CALI