La Contraloría General detectó que en el departamento de Sucre se pagaron millonarias cuentas por servicios de salud para la población más pobre, pero estos nunca se prestaron.
Es así como al menos 3.173 millones que debían utilizarse para atender a enfermos psiquiátricos se perdieron en ese departamento porque fueron cobrados, a pesar de que no se prestó ningún servicio. Esto, debido a que los pacientes en realidad no existían y las facturas fueron canceladas con falsos soportes.
El dinero entró a cinco IPS que prestan el servicio de internación y atención a pacientes con trastornos mentales, pagos que fueron ordenados por la misma Secretaría de Salud.
El órgano de control evidenció que además de los “enfermos fantasma” había psiquiatras de papel. Incluso se detectó que el nombre, firma y sello de un médico psiquiatra en Bogotá fue falsificado para cobrar tratamientos y hospitalizaciones. Por esos tratamientos, la Gobernación ordenó pagos a favor de una IPS por 2.155 millones de pesos, giros que se hicieron entre septiembre y noviembre del 2014 y febrero y junio del 2015.
Según esas facturas, la IPS había atendido a pacientes con patología de drogodependencia. “Estos pagos irregulares fueron ordenados por la Secretaría de Salud departamental, por solicitud de un médico especialista en psiquiatría general, quien al ser entrevistado por el equipo auditor precisó que si bien firmó un contrato en 2013 con dicha IPS, por seis meses, para ir dos veces al mes a valorar pacientes, nunca llevó a cabo esta actividad”, advierte la auditoría.
El psiquiatra a quien le habrían falsificado la firma aseguró que estuvo día y medio en Corozal, Sucre, conociendo las instalaciones de la IPS que luego recibió el pago, pero que nunca lo volvieron a llamar. Además, nunca le pagaron.
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