Sillas, bancas, ventiladores, alcancías con monedas de las ofrendas y hasta bombillos se han llevado los grupos de delincuentes que de noche, y hasta de día, roban en la iglesia Nuestra Señora de Fátima, del municipio de Flandes (Tolima).
“Este año hemos sido víctimas de los ladrones en 10 oportunidades y eso es muy triste para esta comunidad que utiliza el templo para sus encuentros con Dios y encuentros en familia”, afirmó Antonio Devia Méndez, sacerdote de esta parroquia ubicada en el barrio La Capilla. Agregó que, en su mayoría, los robos son cometidos por consumidores de drogas que viven en esta población.
“El año pasado le robaron dinero en efectivo a otro sacerdote, al que amarraron para cometer el ilícito, pero en otra oportunidad vaciaron las alcancías de las ofrendas que presentan los feligreses durante las celebraciones eucarísticas”, aseguró el sacerdote y aclaró que los ladrones nunca se han llevado objetos sagrados de la iglesia.
“Es extraño porque nunca hurtan elementos sagrados, como los copones que tiene el templo para diversas celebraciones de tipo especial”, dijo.
El dolor de cabeza ha sido de tal magnitud que en una oportunidad los niños que recibían catequesis se llevaron el susto de su vida al ver que un delincuente ingresaba por el techo del templo con lo que “todos lo delataron y no tuvo más salida que huir del lugar sin llevarse nada”.
Para reponer los elementos hurtados, la parroquia organiza rifas y con el producido solucionan los inconvenientes “pero el problema es que a la semana siguiente los delincuentes vuelven, como si nada, y se llevan lo que compramos”, denunció el padre Devia.
Aseguró que esta situación de inseguridad “nos tiene a todos cansados y a mí me da pena molestar tanto a la comunidad solicitándoles sus ayudas”.
“Lo ideal sería que el templo contara con una mayor seguridad para ahuyentar a los ladrones”, señaló.
Un habitante de Flandes, que pidió reserva de su identidad, afirmó que “los ladrones hurtan para mantener el vicio del consumo de marihuana”.
Según el ciudadano, “la Policía del municipio los captura, pero por tratarse de delitos de menor cuantía, vuelven a quedar en libertad y siguen robando a sus anchas”.
El alcalde de Flandes, Juan Pablo Suárez, no desconoció la problemática, pero afirmó que pese a esta situación denunciada por el sacerdote, los hurtos en los barrios del municipio “han disminuido en comparación al año pasado”.
“La situación del templo fue analizada con la Policía por lo que vamos a brindar una mayor seguridad para frenar el accionar de los delincuentes contra esta iglesia”, dijo el mandatario.
FABIO ARENAS JAIMES
Corresponsal de EL TIEMPO
IBAGUÉ