En el cruce de señalamientos entra la Dimayor y Atlético Nacional por su participación en el Mundial de clubes, por lo que Nacional disputó la semifinal de la Liga con una formación Sub-19 que fue apaleada de manera natural por Santa Fe 0-4, hay dos verdades a medias. Y se sabe que dos medias verdades no hacen una verdad.
Mientras que en México, que tiene un sistema de campeonato similar al colombiano, la final de su Liga se corrió para el 25 de diciembre para permitirle al América jugar en el Mundial, aquí vivimos otro capítulo de la ‘Patria boba’ y la Dimayor se lava las manos y le echa la culpa a Nacional y Nacional asume una tardía postura de víctima y acusa a la Dimayor.
Esto es sencillo: el presidente de la Dimayor, Jorge Perdomo, tiene la potestad de mover las fechas sin consultar a los clubes y en virtud del juego limpio y las condiciones de igualdad (principio fundamental del fútbol como juego) y para no desfigurar más a una Liga que se mueve entre picos de emoción y curvas de bien discutida calidad. ¿Por qué no terminar el campeonato el 28 o el 30 de diciembre?
La media verdad de la Dimayor
La Dimayor tiene su media verdad. Perdomo aseguró que, tras la tragedia del Chapecoense que impidió la final de la Copa Suramericana, Nacional no le pidió correr fechas, aseguró estar preparado para jugar las semifinales y la final de la Liga y que, así las cosas, en su condición de presidente de la Dimayor “no consideró” necesario mover fechas… Considerar es su potestad.
Primer recorderis mínimo: el cargo de presidente de la Dimayor no es deportivo. ¡Es político! No me imagino a Perdomo perdiendo los votos del grupo que lidera César Pastrana, el presidente de Santa Fe. Segundo recorderis mínimo: Santa Fe fue el único equipo grande que no apoyó la disidencia fallida del G-8 que pretendía dar un golpe de estado. Perdomo se soportó en buena medida por el apoyo del grupo de Pastrana, de Santa Fe. Política, política.
Luego de 48 horas de sostener sus justificaciones, Perdomo expidió un comunicado en el que dice que Nacional sí consultó, pero no pidió. Que sí, pero no… Un tecnicismo de humo para extender una cortina sobre el debate fundamental: como presidente de Dimayor, él pudo correr las fechas y no lo hizo. Y en esa potestad legítima, él decidió no moverlas. Con su decisión autónoma desfiguró las semifinales de la Liga. Esa es una realidad.
La media verdad de Nacional
Cuando Reinaldo Rueda, el DT de Nacional, aseguró desde Japón que Nacional pidió mover las fechas “en su debido momento” y que lo ocurrido en la semifinal de la Liga nuestra de cada día fue una “vergüenza”, Perdomo se sostuvo: “Yo no miento”, dijo.
Pero Nacional también dice “verdades” a medias, selectivas y a su conveniencia. Antes de irse a Japón, antes de mandar a sus muchachos de 19 años a la guerra y ser carne tierna para el león santafereño, debió dejar sentado por escrito, siguiendo los procedimientos y protocolos que bien se conocen desde hace años (Ni De La Cuesta ni Marulanda son ‘Sub-19’ en esto) que pedía el cambio de fechas y proponer las suyas y, además lo más importante, jugar entonces el partido bajo protesta.
Calificar de “vergüenza” lo ocurrido después de la derrota, luego de la leche derramada, también es una vergüenza para la propia gestión de Nacional como institución, en defensa de sus propios intereses y los de su gigante hinchada. Las calificaciones de que si Nacional fue soberbio, confiado o sobrador son para hinchas.
Aquí el punto es que el equipo también dice una media verdad y para completar lo hace a destiempo, de manera oportunista y para mostrarse como víctima.
La patria boba, señores, la patria boba…
Gabriel Meluk
Editor de Deportes