El Nobel a nuestro mandatario es un honor para Colombia y tiene que ser un impulso para la reconciliación nacional y un mayor compromiso de todos con las víctimas. Es un premio a esta Colombia que ha sufrido años de una terrible violencia. Esta de hoy no es ya la paz, pero es el principio más real que hemos visto en muchos años. Lo que falta es que todos naveguemos para el mismo lado, pues hay mucho por resolver. El problema de la droga es muy grave; la pobreza, la corrupción, la violencia contra los niños y las mujeres, la salud. Pero sin las Farc armadas hay más esperanza y margen de maniobra. Y ojalá pronto, sin el Eln. Y, déjeme decirle, señor Director, que en ese Nobel sentí un reconocimiento a tantos militares que han pagado con sus vidas el que lleguemos a este remanso.
Ángel María Aguilar
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Señor Director:
Sobrados méritos del señor presidente Santos lo han llevado a obtener el premio Nobel de la Paz que recibió este fin de semana. Pero igualmente, es justo reconocer que los programas de ayuda a los pobres, como el de Ser Pilo Paga, las miles de casas gratis y las vías de cuarta generación lo muestran como uno de los mejores presidentes que ha tenido el país en las últimas décadas.
Héctor-Bruno Fernández Gómez
El azote de la corrupción
Señor Director:
De acuerdo con la información de la Dian, las cifras de recaudo de impuestos, independientemente de la recesión económica que vive el país, se mantienen al alza. Lo anterior indica que la mayoría de los colombianos cumplimos con nuestras obligaciones tributarias. Otra información, menos afortunada, nos muestra que las cifras de la corrupción también crecen de una manera escandalosa. El dramático informe de Juan Gossaín publicado esta semana en este diario nos cuenta que en once años la corrupción creció un 600 por ciento y alcanzó los 20 billones de pesos, cifra equivalente a más de una reforma tributaria.
Cada vez que se inicia una campaña presidencial, los candidatos incluyen como prioridad combatir la corrupción, que infortunadamente es liderada por los funcionarios públicos. ¿Por qué ninguno de los últimos gobernantes ha logrado acabar con este horrible flagelo que azota al pueblo colombiano?
Mario Patiño Morris
Turismo sobre rieles
Señor Director:
Restablecido el corredor ferroviario de Belencito a Bogotá, vale referenciar los beneficios del turismo sobre rieles en Boyacá: en lo religioso, los millares de peregrinos a Chiquinquirá, la ciudad de los milagros; en lo histórico, los visitantes e investigadores de las batallas, los próceres y el resultado final de la Campaña Libertadora en la fundación de una república libre y soberana, Colombia. Ahora recordamos la expectativa de leer las ediciones de EL TIEMPO, que hace años nos traía un tren de pasajeros, que aspiramos entre en servicio muy pronto.
Miguel Roberto Forero García
Tunja
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