El macabro y atroz crimen contra Yuliana ha vuelto a encender el debate sobre la cadena perpetua en Colombia. Sin embargo, esta propuesta no tiene grandes efectos preventivos contra la realización de los diferentes delitos, pues es evidente que las cárceles están repletas y no cumplen su función resocializadora.
Tanto es así que hoy tenemos reclusos que aún siguen cometiendo delitos por intermedio de otros, o personas que luego de cumplir su pena persisten en conductas delictivas.
Ante esto, surge la obligación para el Estado de invertir en seguridad, educación y programas sociales para contrarrestar efectivamente estos trágicos sucesos desde la formación y crianza de la persona. Y establecer una política criminal contra esos monstruos que exterminan nuestros niños y acaban el futuro de nuestro país.
Diego Corzo Ayerbe
Bogotá
* * * *
Señor Director:
El de la niña Yuliana es uno de los crímenes más estremecedores de los últimos tiempos. Y tiene muchos aspectos de análisis y de preocupación de lo que somos hoy como sociedad. Por Dios, una niña humilde, de 7 años, raptada, violada y asesinada, sin que nadie la pudiera defender.
Será una tragedia irreparable para una humilde familia. Pero este hecho terrible mostró cifras de cómo la niñez es abusada a diario, lo cual desborda la justicia. Ahí puede estar parte del mal, que no hay el castigo pronto y justo que escarmiente y prevenga.
Al monstruo Garavito, que mató a más de 150 niños, lo condenaron a 40 años solamente. ¿No merecía cadena perpetua? En estos casos es cuando esta pena se debe aplicar. Estudien, legisladores, por favor.
José Francisco Piñeres
La ruta de la libertad en Cuba
Señor Director:
Concluidos los fastos tras la muerte de Fidel Castro, Cuba abre ahora el reto de afrontar su futuro inmediato. Es verdad que las declaraciones de Raúl Castro en el propio discurso de despedida a su hermano no permiten ser demasiado optimista en el corto plazo. Al afirmar que se podrá superar cualquier obstáculo o amenaza en su firme empeño de construir el socialismo en Cuba, que identifica con la garantía de independencia y soberanía de la patria, el mandatario cubano ha enviado un mensaje inequívoco de continuidad en una Cuba entregada al castrismo, ahora sin Castro.
Pero no es menos cierto que la libertad horada la piedra y al final termina por abrirse paso. Queda por saber cuánto tiempo tardará en caer del todo el muro cubano. En medio de la complejidad de la situación presente, y de un agotamiento evidente del régimen, la esperanza es real y hay que seguir alimentándola para que los cubanos recorran la verdadera ruta de la libertad más pronto que tarde.
José Morales Martín
Girona (España)
________________________________________________________
Escriba su opinión a: opinion@eltiempo.com, @OpinionET