El crimen de la pequeña Yuliana Samboní, que hoy estremece al país, no es tan inusual como podría pensar la mayoría de los colombianos.
Hace menos de un mes, en Suba, en el noroccidente de Bogotá, una pareja de habitantes de la calle llegó hasta un hospital público para buscar ayuda para su hija de 2 años. La niña murió, al parecer, como consecuencia del abuso sexual, y los padres, que afirmaron en un primer momento que la menor presentaba cuadros de convulsión sin causa aparente, desaparecieron apenas la dejaron en el centro médico.
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El lunes, una niña de 13 años en la vereda Lomitas, municipio de Santander de Quilichao, en Cauca, fue abusada sexualmente por un hombre, al parecer bajo los efectos del alcohol, cuando regresaba a su casa luego de llevar a sus hermanos al colegio.
Cada día de este año, según las cifras de Medicina Legal, al menos 50 menores de edad fueron víctimas de abuso sexual. Lo más grave es que se trata de un crimen con alto subregistro, porque muchas de las víctimas no acuden, por amenazas o temor a la estigmatización, a las autoridades.
Hasta finales de octubre de este año se registraron, en total, 17.711 casos de agresión sexual. El 86 por ciento de esos casos –es decir, 15.237– corresponden a menores de 18 años. El mayor número de víctimas son niñas y adolescentes.
El panorama es aún más aterrador porque 2.014 de las víctimas de los depredadores sexuales tenían menos de 4 años; otras 4.153 estaban entre los 5 y los 10 años y 7.012 estaban entre esa edad y los 14.
El informe ‘Forensis’, de Medicina Legal, encontró que en la mayoría de los casos durante el 2015 (19.181), los principales agresores fueron familiares, conocidos y amigos; y, al igual que en el 2016, los mayores casos se dan entre los 10 y los 14 años.
En el crimen de la niña Yuliana y en aquellos en los que se involucre a menores de edad, la Defensoría del Pueblo solicitó a la Fiscalía y los jueces cumplir “con rigurosidad lo que se establece en la Constitución: no otorgar ningún beneficio penal y dar penas mayores”. “Hay casos donde no se aplica la ley. Se establecen penas, pero se dan beneficios”, advierte la entidad.
Sin embargo el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, dice que “en materia de crímenes contra niños, felizmente Colombia no permite ningún tipo de negociaciones”.
Así las cosas, aunque los investigados por esos delitos aceptaran cargos, no tendrían rebajas de penas.
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El desgarrador panorama de abuso contra los menores de edad ya ha llevado a que la Fiscalía realice jornadas nacionales contra los abusadores. En solo una de esas redadas, en diciembre del año pasado, la Fiscalía capturó a 427 personas vinculadas a ataques sexuales. La mayoría de las capturas se dio en Bogotá, con 69 casos; Cali, con 31; Boyacá, con 29, y Antioquia, con 28.
Isabel Agatón Santander, abogada de la Secretaría Distrital de la Mujer y quien actúa en el proceso como representante de la familia de Yuliana, señaló: “Este tipo de violencias está acabando con cuatro mujeres por día en el país. Son miles de vidas que se están perdiendo en hechos atroces de violencia que requieren una intervención”.
Por su parte, la Unicef advierte que aunque el país cuenta con avances importantes en prevención y atención de la violencia contra las mujeres y las niñas, “aún es necesario intensificar la implementación de las normativas vigentes y de los esfuerzos del Estado por contener esta forma de violencia, que vulnera los derechos humanos”.
La advertencia también la hizo el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Su directora, Cristina Plazas, insistió en la necesidad de aplicar penas más drásticas contra las personas que cometen estos crímenes. “La violencia sexual es una realidad en todos los estratos, que debemos entender y dejar de proteger”, expresó Plazas.
Y es que, en general, la población menor de edad es la más vulnerable y por ende la víctima frecuente de todo tipo de ataques en el país. Así, de los 8.626 casos de homicidio que se reportaron en Colombia hasta octubre, 566 corresponden a menores de edad. En 116 de esos casos, la víctima tenía entre 0 y 14 años.
Y en lo que se refiere a lesiones personales (no sexuales), los menores de 18 años fueron víctimas en 8.738 casos. Niños entre los 0 y los 4 años fueron atacados en al menos 1.397 ocasiones, casi siempre por sus padres o familiares.
El año pasado hubo más de 25.000 reportes de lesiones a menores. Por regiones, de lejos, Bogotá aporta la mayor cantidad de episodios de violencia contra niños, niñas y adolescentes. Antioquia, Valle y Cundinamarca reportan también altos índices de esta problemática.
Vivienda, escenario de ataques
Entre enero y octubre de este año, en Bogotá se practicaron 2.548 exámenes por presunto delito sexual en menores de 14 años, lo que significa ocho casos al día. El sitio más peligroso para los menores, según el reporte, es su propia vivienda: 1.758 casos. Le siguen la calle con 307 y el colegio, con 105.
En cuanto a homicidios, en estos primeros diez meses fueron asesinados 8 menores de 14 años, de los cuales 6 eran niños y 2, niñas, en las localidades de Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy, San Cristóbal, Santa Fe, Suba y Chapinero.
JUSTICIA
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