En esta época del año, todos los empleados esperan con ansiedad la llegada de la prima de Navidad con diferentes propósitos: hacer las compras decembrinas, viajar o invertirla.
No obstante, también es importante planear y analizar el destino de esos recursos para que el comienzo del nuevo año no lo sorprenda sin plata, y más teniendo en cuenta que enero y febrero son meses de altos gastos familiares.
Recuerde que la Navidad es una época de reflexión, que incluye otra de ahorro y gastos.
Por esa razón, y para no caer en lo que varios economistas llaman una ilusión monetaria –que es pensar que se tiene mucho más dinero y se puede gastar a manos llenas–, es clave considerar algunas sugerencias que trae la firma Old Mutual.
Primero, modérese al comprar los regalos de Navidad y piense en los destinatarios de estos. Generalmente sucede que cuando se piensa en quién debe recibir un regalo, la lista se multiplica y empiezan a salir familiares y amigos con los que raramente se tiene contacto.
Piense también en si un grupo (por ejemplo, una familia) puede recibir un solo regalo, en vez de dar un regalo a cada uno de sus miembros. Lo importante es el detalle, no el costo de este, por lo que puede buscar regalos de acuerdo con un presupuesto previamente diseñado.
Y para el próximo año, aproveche las promociones de muchos almacenes en agosto y septiembre para comprar anticipadamente los regalos.
Segundo, si quiere irse de vacaciones, busque opciones moderadas y que se ajusten a los recursos disponibles. Si no hay presupuesto para irse a Miami, un destino más cercano y barato puede ser una buena alternativa.
Lo importante no es el lugar, sino lo que este pueda ofrecer. Quizá los niños no quieren ir al último hotel cinco estrellas, sino salir de la ciudad. Esto puede abaratar los costos.
Además, si no puede irse de vacaciones, aproveche que los planes en las grandes ciudades bajan de costo, hay muchas promociones de entretenimiento y hasta las ciudades están más solas, lo que ahorra no solo tiempo sino costos en desplazamiento.
Mentalícese de que no todo es playa; las vacaciones también pueden ser cultura.
En tercer lugar, piense que después de la fiesta viene el guayabo, y que esto aplica para todo.
Antes de gastar piense qué va a tener cuando llegue de vacaciones, con qué va a pagar servicios, hacer mercado, etcétera, y más cuando es posible que las cosas suban de precio.
Recuerde que en enero y febrero hay muchos costos asociados de educación, por lo que es necesario, antes de recibir la prima y gastársela, visualizar cómo va a responder por todo lo que se viene. Si quiere comprar regalos para todos, irse de vacaciones, pasársela de fiesta en fiesta, tiene todo un año para ahorrar.
Destine parte de sus ingresos mensuales para lograr los objetivos que se traza para diciembre del 2017: si lo hace constantemente, en noviembre seguro verá cómo tiene dinero ahorrado para todo. Hágalo como un propósito de año nuevo, pero cúmplalo.
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