Durante los últimos cuatro años, Puerto Rico realiza esfuerzos para diversificar su base industrial, dominada hasta ahora por la farmacéutica, que aporta el 45 por ciento del PIB, tratando de seducir al sector aeroespacial.
Ya ha logrado, por ejemplo, que la aerolínea alemana Lufthansa instale su centro de Mantenimiento, Reparaciones y Operaciones (MRO) en el aeropuerto internacional Rafael Hernández, en la ciudad de Aguadilla, Noroeste, para atender toda clase de requerimientos técnicos de la flota de aviones de corto y mediano vuelo. Esto implica una inversión de 56 millones de dólares y la generación de 400 empleos.
Según Luis Alberto Álvarez, director de la Oficina del Gobierno de Puerto Rico en Colombia, esto es la punta de lanza de lo que él llama el clúster aerospacial que su país está edificando, y al que ya se han unido otras empresas de este sector. Es el caso de la aerolínea Seaborne, que ha generado casi 500 plazas laborales; Infosys (dedicada a la consultoría en tecnología), que creó cerca de 200 empleos, y Honeywell Aerospace, que puso a funcionar un laboratorio de compatibilidad electromagnética y de pruebas ambientales, con 310 vacantes.
Para Álvarez, uno de los principales argumentos de la isla frente a sus competidores son la calificada mano de obra y los incentivos para la inversión extranjera, especialmente en materia tributaria.
¿De qué quieren convencer a la industria?
De que abran sus centros en nuestro país. Puerto Rico ocupa 22.000 profesionales en disciplinas Stem (en inglés, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas); somos una fábrica de ingenieros, y nuestro problema es retenerlos. Si comparamos un químico, ingeniero o mecánico puertorriqueño versus uno formado en una universidad top de Estados Unidos, el nuestro es igual de bueno y cuesta la mitad.
¿Cuáles son sus argumentos para lograrlo?
El país tiene gran infraestructura, vías de primer orden, 11 puertos, 11 aeropuertos, cuatro de los cuales son internacionales; la ubicación geográfica es privilegiada. Ya hay compañías que llevan hasta 15 años en el sector, pero no se les había puesto enfoque de política pública hasta esta administración, que dirige Alejandro García Padilla. En el 2013 había 1.500 empleos vinculados a esta industria, y para este año ya hay cerca de 3.000.
Además, tenemos una de las mejores facultades de ingeniería, la de la Universidad de Puerto Rico, y nuestra relación con los EE. UU. es un valor agregado.
¿Qué les da esa relación?
Aunque Puerto Rico no es un estado de Estados Unidos, lo que se produzca allí es un producto puertorriqueño, pero también ‘made’ in USA. Somos soberanos fiscalmente, no pagamos los impuestos de los Estados Unidos. Hemos hecho leyes bien agresivas, que incentivan la atracción de capital extranjero para que establezcan en el país plantas manufactureras o empresas de servicio. En ambos casos, las empresas solo pagan el 4 por ciento de impuestos.
¿Qué están haciendo en materia espacial? ¿Cómo es su relación con la Nasa?
Tenemos el observatorio más grande del mundo, en Arecibo, el cual lleva funcionando más de 50 años. Y está Honeywell, empresa que tiene muchos productos relacionados con la defensa e industria aeroespacial.
EL TIEMPO
*Contenidos Especiales de EL TIEMPO, con el patrocinio de Oficina del Gobierno de Puerto Rico en Colombia.