El pitazo final de Carlos Betancur, después de 94 minutos de un partido más bien flojo, dejó un mal sabor en los cerca de 30.000 espectadores que llegaron a un estadio que no se llenó para la semifinal de la Liga. En Santa Fe volvieron las dudas, se perdió la dinámica, y por eso el equipo no pudo ganarle a la nómina alterna de Atlético Nacional, que se llevó un empate a un gol de El Campín.
De los males, el menor: Santa Fe ahora deberá enfrentar a la nómina Sub-19 de los verdes, que acaba de ganar el campeonato nacional de la categoría, porque los titulares y los suplentes emprenden este jueves el largo viaje a Japón para representar a Suramérica en el Mundial de Clubes. Y deberá ganarle como visitante, frente a un estadio que, seguramente, se volcará a apoyar a los jóvenes que quedarán con la responsabilidad, al mando del técnico Nixon Perea.
“Siempre es una motivación jugar en la capital, y siempre los jugadores se brindan con orden. Es ser fiel a la idea de Nacional; por ahí ha pasado la disputa de todos los partidos”, declaró el técnico Reinaldo Rueda, recordando que, también en Bogotá, pero en Techo, sacó al mismo rival en la Copa Colombia, en la que después logró coronarse campeón.
El partido fue de los más flojos de ambos equipos en los últimos tiempos. Pocas opciones de gol, exceso de lucha y falta de talento, de lado y lado. Para los que no son hinchas de ninguno de los dos equipos, un remedio para el sueño. Santa Fe avisó con un remate de media distancia de Juan Daniel Roa que exigió al portero Bonilla. Pero no pasaba mucho más en ninguna de las dos áreas.
Hasta que apareció un pelotazo de Juan Pablo Nieto para buscar a Cristian Dájome. El bogotano (sí, es capitalino, jugó en Bogotá F. C. antes de irse a Cúcuta y Tolima y llegar a Nacional) bajó el balón con la cabeza y Alejandro Bernal remató en el área chica para poner en ventaja al campeón de la Libertadores. Y luego, el propio Dájome exigió al portero Leandro Castellanos con un remate desde una esquina del área. Eso fue todo en la primera etapa.
El partido levantó un poco (no mucho, la verdad), en la segunda etapa; Santa Fe quiso recuperar la memoria de lo que había hecho en los partidos de cuartos de final frente al Medellín y por lo menos adelantó las líneas. En una de esas acciones aisladas, Humberto Osorio Botello entró al área visitante y Francisco Nájera lo derribó. Penalti claro.
Jonathan Gómez cobró y anotó el 1-1, a los 9 de la segunda etapa. Esta vez no picó la pelota, como lo había hecho en el juego de ida de los octavos de final de la Copa Colombia, cuando engañó a Franco Armani. Le pegó duro y abajo.
De ahí en adelante, lo único que hay para contar son las lesiones: primero, la de Nájera, que salió por precaución, por un problema muscular. Y luego, la de Gómez, de quien se esperaba el diagnóstico para confirmar un esguince en el tobillo derecho; de ser así, él no iría el domingo a Medellín.
Santa Fe se aferra a los antecedentes: es el mejor visitante de la Liga y es el equipo que más puntos le ha sacado a Nacional en los últimos años en Medellín. El partido de anoche, mejor olvidarlo. Los verdes ya tienen la cabeza en Japón y le dejan la responsabilidad a su cantera.
JOSE ORLANDO ASCENCIO
Subeditor de EL TIEMPO
En Twitter: @josasc