Señor Director:
Sí, es cierto, como bien finaliza el editorial del 7-12-2016 ‘Ni una más, ni una menos’: “Los niños son una responsabilidad de todos los colombianos, que el feminismo no es una cantaleta, sino una cuestión de vida o muerte”.
Como consecuencia de tanto aire de violencia que nos ha tocado respirar tantos años, hemos visto a muchos intoxicados convertidos en asesinos, torturadores, violadores y maltratadores de mujeres y niños.
Educadores, padres de familia, hombres y mujeres de bien: en nuestras manos está la salud de nuestra sociedad, que se encuentra enferma.
Luis León Galeano Garavito
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Señor Director:
Colombia no termina de despedir a los 71 muertos del siniestro aéreo, para conmovernos hasta los tuétanos con el asesinato de Yuliana Samboní. Este episodio no es el único en la última semana, pues la tragedia del avión opacó la muerte de Dora Lilia Gálvez, abusada sexualmente, empalada, quemada y víctima de múltiples agresiones, el 6 de noviembre; fue sometida a 6 cirugías y falleció. El Ministerio de Salud está en mora de emprender una campaña educativa para el reconocimiento de la salud mental dentro del hogar y la sociedad, pues esta se está desmoronando; y por más que queramos que los violadores vayan a prisión o se imponga la pena capital, desde el fondo de las familias se está dejando una rueda suelta; se hace caso omiso de los vejámenes que se gestan en el hogar no solo como abusadores, sino en agresividad, vandalismo y hasta robo, los cuales se dejan acrecentar hasta llegar al triste lamento de tragedias anunciadas.
Adriana Arciniegas Galindo
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Señor Director:
Ni castrando al homicida se recuperaría la vida de la niña de 7 años Yuliana Samboní, secuestrada, torturada, violada y asesinada en un apartamento de Chapinero. Una cosa es ser adicto al licor y la cocaína y otra muy diferente es cometer infanticidio. No más. Las leyes en Colombia son laxas y muchas veces hasta cómplices en estos brutales actos. Al parecer, hay más implicados y los hechos han sido manipulados. Recordemos que el monstruo Luis Alfredo Garavito Cubillos, de 59 años, preso en La Modelo y que confesó haber violado y asesinado a más de 100 niños, ahora es pastor evangélico y apenas le dieron 40 años. Los legisladores deberían considerar la pena de muerte para estos malnacidos porque la cadena perpetua, que tampoco existe, tendríamos que financiarla nosotros, los contribuyentes, con los impuestos.
Helena Manrique Romero
Castro y la historia
Señor Director:
La historia va a juzgar a Fidel Castro como un mandatario que no supo combinar el bienestar de la población con la libertad. Se quedó en un extremo, y lo meritorio era el equilibrio. Además, tener el país por cárcel es prueba de lo consciente que era de su mal sistema. Tampoco le perdono los fusilamientos de balseros.
Toribio Araújo Segovia
Cartagena
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