A las 10:30 a. m. de este miércoles, el cuerpo de Yuliana Samboní llegó a la iglesia Santa Teresita, en la carrera 18ª # 43-50 de Bogotá, desde la funeraria Los Olivos, en una procesión de amigos, policías e incluso un hombre vestido de "payaso triste".
En la capilla no alcanzaron las bancas para todos los asistentes que fueron a honrar la memoria de Yuliana, quien fue raptada y brutalmente asesinada el pasado domingo. Algunas personas llevaron globos blancos, velas y una mujer portaba una bandera blanca, mientras pedía paz en el país.
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El padre de Yuliana estuvo presenté durante la eucaristía y varios feligreses se acercaron a darle un saludo o abrazo de apoyo. Su esposa no pudo asistir, porque no se encuentra bien, por lo cual el clérigo ofreció una oración: “Pedimos por la mamá de Yuliana que está enferma y no ha podido estar en esta celebración. Para que el señor la reconforte y que esta familia encuentre consuelo, en medio de la solidaridad y compromiso”.
Desde el inicio de la ceremonia, seis mujeres de la Policía Metropolitana de Bogotá estuvieron siempre a los lados derecho e izquierdo del ataúd, en el que estaba Yuliana, acompañándola constantemente. Antes de que se realizará el habitual saludo de la paz en la misa, el sacerdote hizo una petición para aplaudir a Yuliana, lo cual se extendió por más de un minuto.
También se oró por el eterno descanso de Yuliana, a quien en repetidas ocasiones se le designó el término de 'ángel en el cielo'.
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Un vocero de la familia dio unas breves palabras a todos los presentes: “Queremos agradecerles a todos ustedes, a la Secretaría de Integración Social y a su grupo, a la Alta Consejería. Más que nada, gracias a la Policía, al Gaula y al alcalde Enrique Peñalosa por su ayuda. También, gracias a los medios de comunicación y a los colombianos que se han unido con nosotros”.
Cuando la procesión salía de iglesia, las personas aplaudieron. Una vez el clérigo dio la última bendición, se soltaron varios globos blancos y la gente clamó justicia para que este caso no se quede en la impunidad.
La presencia de varias comunidades indígenas se sintió y enviaron un mensaje de fuerza: “Yuliana, los cerros orientales están contigo”.
A las 11:40 a. m., el cuerpo de Yuliana fue trasladado a la pista de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional, donde un avión lo llevaría hasta Popayán, para posteriormente ser llevado a su tierra natal. La pequeña contó siempre con el acompañamiento de la Policía de Bogotá.
BOGOTÁ