Una microalga sería la alternativa que analizan las autoridades ambientales, a través de un proyecto piloto, para contrarrestar los problemas de desnutrición y garantizar la seguridad alimentaria en algunos pueblos del Atlántico.
Se trata de la espirulina, una microalga que se comenzó a producir de manera artesanal en Puerto Colombia, Piojó y Tubará, seleccionados por su vulnerabilidad alimentaria.
La espirulina es una cianobacteria que se le conoce como una microalga, por sus similitudes, contiene importantes propiedades alimenticias por su alto contenido de proteína, vitaminas y otros complementos claves para la salud,
En estos municipios 120 personas recibieron la capacitación de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) a través de talleres teóricos-prácticos en la preparación y el establecimiento del cultivo para su posterior comercialización y consumo. La CRA invirtió en esta iniciativa 600 millones de pesos.
Alberto Escolar, director de la CRA, explicó que la producción de la espirulina tiene un mercado potencial nacional e internacional y permite generar buenos ingresos para los beneficiados del proyecto, por lo tanto es un ejercicio importante que se está haciendo para fomentar los negocios verdes y mejorar las condiciones de vida de muchas familias.
Destacó que alterno a los talleres se montó una planta piloto para adaptar la cepa al medio y lograr producir de manera artesanal el cultivo, generando no solo una fuente de alimentación para ellos, sino un sustento para sus familias.
La bióloga marina Marta Mogollón, quien está al frente del proyecto, aseguró que la espirulina es usada en países, como México y Chile, por su fácil cultivo, que puede ser en albercas o botella de agua, dependiendo del volumen la finalidad para el consumo familiar o línea de negocio. “Se puede combinar con cualquier tipo de alimento, como ensaladas, jugos, batidos con diferentes frutas, galletas, tortas”, puntualizó.
LEONARDO HERRERA DELGHAMS