Si algún día María* tiene un roce con un vecino o un familiar por deudas, violencia, música a alto volumen, chismes y hasta por insultos, sabe que puede acudir a los combos de su barrio para que hagan justicia.
Sin embargo, lo duda porque si denuncia habrá una reunión entre los implicados y los jefes del grupo armado no solo para resolver el problema sino también para buscar a un culpable. “El precio es una multa de hasta un millón de pesos o irse del barrio. No siempre el que denuncia tiene la razón, los combos definen quién”, contó.
Eso no solo pasa en Castilla, donde vive María, sino también en San Javier, Robledo, Villa Hermosa y La Candelaria, las mismas comunas donde se dan más desplazamientos forzados.
Así lo referencia la Personería de Medellín que este año identificó que muchos ciudadanos acuden a combos para solucionar conflictos barriales.
Guillermo Durán, personero de Medellín, contó que “los combos se convirtieron en una falsa justicia social, resuelven los problemas entre vecinos y familiares con sanciones económicas y castigos como abandonar el barrio.
El representante del Ministerio Público explicó que las personas acuden a los ilegales porque quieren soluciones rápidas a sus dificultades, mientras que si acuden a instituciones del Estado implica mucha espera y trámites.
Para Durán, las personas que buscan estas soluciones son tan delincuentes como los grupos armados y pueden verse implicadas en desplazamientos forzados y otros delitos.
El personero propone que hayan más campañas para prevenir la violencia intrafamiliar, uno de los conflictos que más resuelven los combos. Igualmente, pide que regresen a las comunas los jueces de paz, una figura institucional que media en conflictos entre vecinos.
“La falsa ‘justicia’ tiene que ser sacada de las manos de los ilegales, es una práctica invisible porque no se denuncia, la gente se acostumbró a vivir así y no mide el peligro”, advirtió.
Eso lo sabe muy bien María, quien contó que es más lo que se pierde que lo que se gana, “Sin embargo, eso no es nuevo, la gente confía más en los combos que en el Estado. Al fin de cuentas los ‘muchachos’ siempre han sido del barrio, crecieron aquí y estudiaron con nuestros hijos”, concluyó.
*Nombre cambiado por seguridad.
DEICY JOHANA PAREJA M.
Redactora de EL TIEMPO
Medellín