Roberto Vélez Vallejo, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, afirmó en Pereira que la caficultura en Colombia tuvo un buen año, con una producción entre los 14,2 y 14,5 millones de sacos, enfatizando que esto no significa que exista una bonanza, sino que se atraviesa por un momento de tranquilidad.
“Estamos cerrando un año con una nota alta y unos precios que están permitiendo que la caficultura sea un negocio rentable, pero tenemos que estar vigilantes al futuro”, aseguró el directivo gremial.
Destacó que, de no haberse presentado hechos como el fenómeno del Niño, la productividad sería de los 15 millones de sacos porque, según los cálculos, hubo pérdidas entre los 500 y 800 mil sacos a razón del problema climático.
La falta de mano de obra para la recolección de la cosecha, fue otro de los hechos a los que se vio enfrentado el gremio en 2016, sin embargo indicó que se logró sacar adelante gracias a la unión de los sectores público y privado y las diferentes instituciones, para atraer a los recolectores.
“Hay que ser honestos, teníamos ese nubarrón negro de la mano de obra, creo que somos de los poquitos gremios que nos angustiamos cuando ya vamos a obtener la cosecha”, declaró.
En este sentido, el ingeniero Alejandro Corrales, delegado del Comité Directivo y Nacional de Cafeteros por Risaralda, explicó que el mensaje es de prudencia y continuar por la senda del incremento en la productividad.
“No podemos generar falsas expectativas, hemos tenido unos buenos precios por encima de los costos de producción, pero no se trata de una bonanza cafetera, simplemente es un incremento que permite a los caficultores desatrasar labores que tenían en los cultivos y atender una deuda de buena manera”, aseveró el ingeniero.
Agregó que el llamado es a los caficultores para que reinviertan el excedente en sus fincas, porque la incertidumbre en los precios, como la historia lo ha demostrado, es alta y que, por ello, hay que hacer sostenible la actividad con temas como la renovación, la producción de cafés y variedades especiales y la vinculación de mano de obra a través del Plan Cosecha, que se realizó en conjunto con alcaldías, gobernaciones, Policía y Ejército, entre otras instituciones.
En Risaralda, se superaron los 5.3 millones de arrobas y aún falta tener en cuenta lo que se encuentra en los ductos de las fincas, agencias privadas e institucionales y trilladoras.
También habló sobre el llamado hecho al Gobierno Nacional durante el reciente Congreso Cafetero, referente a los cultivos ilícitos, “asistencialismo” a través de subsidios y las viviendas de interés social en zona urbana; que hacen que el campesinado se sienta atraído por estos beneficios y prefiera abandonar las labores agrícolas y emigrar a las ciudades capitales.
“De manera respetuosa, le pedimos al Gobierno que dé alternativas para el control y erradicación de cultivos ilícitos, porque hoy es uno de los grandes competidores por mano de obra no solo de los caficultores, sino de la agricultura en general. Ya hay estudios que dicen que estos cultivos alcanzan la cuarta parte de lo que hay sembrado de café”, aseveró.
Enfatizó en que “los subsidios mal encaminados están generando pereza en la mano de obra, además del desplazamiento a grandes urbes para acceder a beneficios de vivienda, por lo que se solicitó al Presidente más programas de vivienda rural dispersa y vivienda de interés social en zona rural.
Sigifredo Salazar, gobernador de Risaralda, indicó que los buenos promedios son muestra de la cohesión institucional y anunció la creación de un parque agroindustrial en La Virginia. “Será un proyecto donde todo lo que se produzca en el sector agrícola llegue allí para su transformación, teniendo en cuenta que allí arribará el Tren de Occidente, está la vía Pacífico 3, la vía hacia Chocó, y será el sitio logístico para mercancías que se importen y para su distribución en el país y de transformación para lo que se produzca en el campo”, anunció el mandatario departamental.
JUANITA MENDOZA
Para EL TIEMPO
PEREIRA