Pese a que la agricultura y la ganadería solo podrían implementarse en el 26,3 por ciento del territorio del Quindío, actualmente estas actividades están en casi el doble de los predios, es decir en un 57,6 por ciento.
Así lo dio a conocer, en Armenia, el profesional especializado de la Subdirección de Agrología del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), Wilson Vargas Hernández.
El funcionario presentó en la ciudad el libro ‘Suelos y Tierras de Colombia’, que compila los datos, hallazgos y estudios más importantes del IGAC en los últimos 70 años.
En la publicación se revela que la producción agropecuaria en el departamento está prácticamente dedicada a los cultivos de café, plátano y banano.
No obstante, el IGAC evidenció que estos territorios están sobrepasados, ya que solo el 26,3 por ciento del Quindío cuenta con tierras arables o con capacidad agropecuaria, es decir que hay un uso inadecuado del suelo. De los 12 municipios, solo Filandia, Circasia, Quimbaya, Montenegro, Armenia, Calarcá y La Tebaida deberían contar con desarrollos agropecuarios, pero, según el estudio, actualmente estos territorios están invadidos por cultivos.
Este panorama habría provocado que las tierras para la conservación ambiental y para el uso forestal, que tendrían que predominar en el 70,7 por ciento del Quindío, solo estén presentes en el 26,3 por ciento de su área.
“Hay bastantes conflictos en el uso del territorio, porque el suelo se está degradando”, dijo el experto.
Además, alertó sobre los terrenos donde antes se cultivaba café y que ahora están siendo reemplazados por nuevas construcciones. “A los suelos en el Quindío se les quitó su cobertura vegetal. Del Paisaje Cafetero hacen parte cultivos como café y plátano, no solamente son construcciones y condominios sino otro tipo de factores”, alertó Vargas.
Precisamente, esta ha sido una de las preocupaciones de algunos gestores culturales de Armenia y del departamento. El exconcejal de Armenia y experto en turismo Luis Fernando Ramírez reiteró hace unos días, en un evento regional sobre el Paisaje Cultural Cafetero (PCC) que “no podemos seguir creciendo de una forma tan desorganizada, nos podemos quedar sin frontera agrícola y sin seguridad alimentaria”.
Ramírez se ha opuesto al aumento de las construcciones, sobre todo en el norte de la ciudad, donde han aumentado las edificaciones.
Es de anotar que el Quindío es el departamento número 19 del país con mayor porcentaje de su área con conflictos de uso del suelo.
De otro lado, el funcionario del IGAC también explicó que los cultivos de pinos “no son aptos para la conservación de los suelos y más si están en zonas de ladera, son cultivos que absorben muchísima agua y le quitan esa característica que tienen los suelos con ceniza volcánica como los del Quindío y tienden a degradarlos”.
Estas declaraciones se dan luego de que, hace unos meses, se presentó una polémica por la falta de agua en Salento.
La defensora del Pueblo, Piedad Correal, y el ambientalista Néstor Ocampo coincidieron en que los cultivos de pino y eucalipto en este municipio estaban afectando las fuentes hídricas. Sin embargo, la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CRQ) dijo que no hay estudios que respalden estas afirmaciones.
ARMENIA