Devoradoras insaciables de zancudos e indicadoras de la calidad de las quebradas y humedales, las libélulas que habitan en Bogotá son uno de los patrimonios ecológicos más ricos.
Por ello, Juan Caicedo, ecólogo de Chapinero; Freddy Palacinos, profesor de la Universidad El Bosque, y tres coautores más iniciaron la primera guía distrital de este insecto volador.
El documento no solo quiere alentar el cuidado de este animal, sino invitar a los amantes de la fotografía a hacer parte del proyecto.
“Poco se sabe sobre la diversidad de vida en Bogotá. Por eso me interesaron las libélulas. Yo les tomaba fotos en los humedales, y a raíz de esto el profesor Palacinos pudo distinguir nueve diferentes especies. La idea es que se incluyan en este ejercicio”, explicó Juan.
Para hacer parte de la iniciativa, pueden enviar sus imágenes al correo info@humedalesdebogota.com, con su nombre, dónde fueron tomadas y la fecha. En los agradecimientos de la guía aparecerán los participantes.
Se espera que con este registro gráfico, Caicedo pueda tener mayor información sobre las poblaciones, especies en peligro de extinción de libélulas e implementar proyectos para su conservación.
Las libélulas son una clase de artrópodos del orden Odonata. Indican la buena calidad de una quebrada o un humedal, ya que para procrear necesitan agua pura, con insectos pequeños para alimentar a sus crías o ninfas.
Ya adultas y con alas, alcanzan velocidades de hasta 30 km/h, habilidad que les permite, según un estudio de la Universidad de Harvard, comer más de 300 zancudos y mosquitos al día. Así que son un excelente control de plagas.