Las ciudades de Colombia, que están pensando en instalar cámaras, deben pensar en grande, es decir, en estructurar un plan para introducir tecnología que no solo les mejore la confianza y seguridad a sus habitantes, sino también su sostenibilidad y la comunicación e interacción con sus ciudadanos.
Otro factor muy importante es la mejora del desarrollo de la ciudad visto desde lo económico y lo social, para que se convierta en un sitio agradable para vivir y no como está sucediendo en Bogotá, para dar un ejemplo, donde transitar por sus calles es un martirio. Implica trancones, esquivar huecos, violaciones de normas de tránsito, parqueo masivo en sitios en los que está prohibido hacerlo.
Tener cámaras dependiendo de las personas que están monitoreando las pantallas no es malo, pero no es óptimo ni muy útil. ¿Por qué no introducirle a esta solución la tecnología de reconocimiento facial y de situaciones anómalas para que automáticamente se prendan las alarmas y la Policía sea notificada y pueda tomar control de la situación en poco tiempo?
Otra faceta a la que se le debe introducir tecnología es la de convertir la ciudad en una sostenible, que controle las emisiones de gas –lo que hasta ahora se está empezando a hacer con tantos buses chimeneas que circulan en la capital–, el uso de la energía y, en general, el impacto ambiental que la puede afectar.
En un estudio de Nokia, en el que hace una evaluación de 22 ciudades observadas desde el punto de vista de su inteligencia, sostenibilidad y seguridad, se determinó que Colombia está en los dos primeros más o menos, pero en seguridad está muy mal. Por ello reitero que cámaras con reconocimiento facial, que permitan ubicar a los delincuentes de forma automática, reconociendo su rostro –lo que en Colombia debe ser fácil porque muchos ya han estado en la cárcel o tienen anotaciones en sus hojas de vida–, permite anticipar que algo va a pasar y prevenirlo. También la tecnología puede detectar aglomeraciones anormales de carros o de personas, indicios de que algo va a suceder o está ocurriendo, para entrar a solucionarlo de la forma más rápida. Los alcaldes podrían visitar urbes en las que se ha instalado este tipo de soluciones de forma exitosa para adaptarlo a la situación de su ciudad.
GUILLERMO SANTOS CALDERÓN
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