Hermoso y sentido homenaje el que brindó el pueblo antioqueño a las víctimas del accidente del avión boliviano. A la misma hora que se habría jugado la semifinal de la Copa Suramericana, entre el Chapecoense brasileño y el Nacional colombiano, el estadio Atanasio Girardot se vistió de blanco, y cerca de 40.000 personas mitigaron en alguna medida el dolor inmenso por la pérdida de 71 vidas. El mundo fue testigo del sentimiento paisa, que terminó hermanando para siempre a la Medellín de Colombia con la Chapecó de Brasil. Pueda ser que esta valiosa demostración de solidaridad sirva de ejemplo para que los fanáticos del fútbol colombiano dejen de pelearse cada fin de semana y entiendan que este espectáculo no incluye agresiones entre sus seguidores.
Mario Patiño Morris
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Señor Director:
Quiero expresar mis más sinceras felicitaciones y agradecimientos al Club Atlético Nacional, a su inmensa hinchada, así como a las de otros equipos y a las autoridades en general, por ese acto tan hermoso y conmovedor con motivo de la tragedia en la que el equipo Chapecoense, de Brasil, se despidió de este mundo. Fue un acto sublime que nos hizo llorar a muchos y demuestra la grandeza, la solidaridad y el sentimiento humano de que somos capaces los colombianos. Colombia dio un ejemplo al mundo entero y, como lo expresó el Canciller de Brasil, esto jamás se olvidará, y ojalá sirva para que se acaben tanta intolerancia y violencia de algunos desadaptados cuando ven a un joven portando la camiseta de otro equipo.
Jairo Guillermo Moreno Mora
Se vislumbra la paz
Señor Director:
Con la ya refrendación, por mayoría absoluta de votos a favor, en Senado y Cámara lograda por el nuevo acuerdo de paz firmado entre Gobierno y Farc, los colombianos vislumbramos con optimismo que la paz para este país pronto será una realidad. Solo hace falta aprobar e implementar las leyes y los artículos varios para lograr la definitiva constitucionalidad de los acuerdos. Gracias a la patriótica decisión y colaboración de los honorables representantes del pueblo en el Congreso, vamos a poder dejar a nuestras futuras generaciones no solo una Colombia en paz y reconciliada, sino plena de inversiones en el campo y las ciudades.
Rafael Antonio Córdoba A.
Mala costumbre
Señor Director:
Se ha vuelto costumbre el abandono del recinto del Congreso por algunos ‘honorables senadores’ en momentos en que en las sesiones llega la votación de proyectos o propuestas que no son de su parecer o no les convienen. Manera simplista de lavarse las manos y así evadir responsabilidades, dando la espalda al pueblo que los eligió. ¡Qué falta de ética! Hay otras formas de manifestar su inconformidad.
James Cárdenas Henao
Tuluá, Valle del Cauca
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