La historia de la Asociación Chapecoense de Fútbol no es muy larga ni tampoco ha estado llena de títulos. Pero el club, pese a eso, es el orgullo del estado de Santa Catarina, y ahora, por la tragedia, ya es un equipo inmortal.
La final de la Copa Suramericana, que debía disputar frente a Atlético Nacional, era el mayor logro de una historia que comenzó el 14 de mayo de 1973 y que el lunes pasado, cuando el avión que transportaba al equipo se estrelló en La Unión, Antioquia, sufrió el peor golpe de su existencia. Pero, seguramente, el mundo entero ayudará para que ese dolor pase pronto.
La historia futbolística de Santa Catarina es escasa en logros si se compara con las potencias como Río de Janeiro, São Paulo, Minas Gerais o Rio Grande do Sul. Incluso, por la cercanía con este último, en Chapecó, la localidad de 200.000 habitantes en la que el equipo que viste de verde y blanco juega como local, durante mucho tiempo se siguió la campaña de equipos más exitosos, como Gremio, dos veces campeón de la Copa Libertadores y una de la Intercontinental, o Internacional, que tiene dos Libertadores, una Suramericana y un Mundial de Clubes.
En cambio, Santa Catarina casi no tenía representación. De ahí que en el estado se buscó tener un equipo fuerte en Chapecó, una de sus ciudades principales. De la unión de dos clubes, el Atlético Chapecó y el Independiente, nació Chapecoense, hace 43 años.
Si bien la ciudad es pequeña, es uno de los mayores centros agrícolas del Brasil, y fueron esos empresarios quienes fortalecieron el club, a tal punto de que cuatro años después de su fundación, en 1977, venció 1-0 a Avaí y ganó el campeonato Catarinense, con lo que obtuvo el ascenso, por primera vez, a la primera división del fútbol brasileño.
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Las siguientes dos décadas tuvieron al club metido en la lucha por los títulos catarinenses. Incluso, su segunda corona estuvo marcada por un hecho curioso. En 1996 enfrentaba en la final estadual al Joinville. El primer partido lo perdió 2-0. La noche anterior al juego de vuelta, hinchas del Chapecoense fueron al hotel donde se alojaba su rival y comenzaron a lanzar fuegos artificiales. El presidente del Joinville decidió no presentar el equipo por esa razón y Chapecoense fue declarado ganador. No obstante, Joinville apeló la decisión y el partido finalmente se jugó. El Chape se impuso 2-0 y logró el segundo título de su historia.
El crecimiento del club se estancó durante la siguiente década. En el 2001 terminó de último en el Catarinense y tuvo que jugar un repechaje para no salir de ese torneo. Y dos años después, el club cambió de razón social para evitar la desaparición: se llamó Asociación Chapecoense Kindermann/Mastervet, con lo cual se quitó de encima las grandes deudas que amenazaron con su existencia. A finales del 2005 tuvo que aparecer un grupo de dirigentes de la ciudad para emprender la operación de salvamento del club, que en el 2007 volvió a ganar el campeonato del estado.
Una floja actuación en el 2008 dejó al Chapecoense por fuera de los torneos nacionales de Brasil. Pero, al año siguiente, el subcampeonato en el Catarinense, en el que perdió la final con el Avaí, le dio el acceso a la serie D. Ahí comenzó su ascenso hasta donde estaba al momento del accidente.
En el 2010 ya estaba en la serie C, y en el 2012, luego de eliminar al Luverdense, accedió a la serie B. El ascenso a la A parecía difícil, pero el club sorprendió con un campaña brillante, con el 83 por ciento de rendimiento. En el 2015 accedió a su primer torneo internacional, la Copa Suramericana. El milagro parecía crecer este año, cuando llegó a la final. Ahora trata de levantarse del golpe. Con 43 años de historia, el mundo ya hace todo lo posible por no dejar extinguir al Chapecoense.
EL TIEMPO