Este lunes empieza una nueva edición de la principal feria de artesanos del país: Expoartesanías. Se trata de la tradicional muestra artesanal que cada año se realiza en Corferias, en Bogotá, y que reúne a los mejores exponentes de este milenario oficio.
Son más de 800 creadores que deleitarán a los asistentes con sus elaboraciones a mano, como marroquinería, tejidos, bordados, grabados, pintura, escultura y cerámica.
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La feria, que se extenderá hasta el 18 de diciembre, también contará con la presencia de artesanos provenientes de otros 19 países, entre los que se cuentan México, Perú, Bolivia, Uruguay, España e India.
La edición 26 de Expoartesanías tendrá un ingrediente especial: estarán presentes los ganadores de las medallas a la ‘Maestría Artesanal’, reconocimiento que recientemente entregó Artesanías de Colombia –organizador del evento– y que enaltece la labor y la trayectoria de artesanos que han demostrado respeto por el oficio, el medioambiente y las tradiciones. Estos son algunos de los legendarios maestros de la artesanía en el país.
La maestra del diseño de joyas y accesorios
Bogotana, de padres catalanes, Nuria Carulla estudió diseño de joyas en la escuela Massana, en la ciudad española de Barcelona.
Su trabajo, que comenzó a los 15 años, lo ha enfocado en los objetos de plata, alhajas y otros accesorios.
Ella también hace pátinas, oxidaciones y esmaltes, y una técnica en vidrio que se aplica encima de la plata y se funde a altas temperaturas. Es una artista.
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Carulla se declara una crítica del estado actual del trabajo artesanal en Colombia y dice que estas labores están en un peligro enorme de extinción. “Si los artesanos ganaran mejor, este trabajo no se acabaría, porque los jóvenes también entrarían a trabajar. El problema es que ellos no quieren hacer nada con las manos, prefieren dedicarse a otras cosas tecnológicas”, asegura esta bogotana que recientemente fue destacada con la Medalla a la Maestría Artesanal Contemporánea.
Nuria Carulla agrega que los pueblos de América Latina podrían perder este tesoro de identidad cultural. “Haría la invitación a los colombianos a creer en un país mejor y a que compremos productos hechos en nuestro país”, apunta esta mujer de 65 años y esta maestra de muchas generaciones de artesanos. Tantas que ya perdió la cuenta.
Las manos prodigiosas de doña Leopoldina Jiménez
A sus casi 80 años, Leopoldina Jiménez recuerda que fue a sus 30 cuando Elena Gómez, hija de Wálter Goggel –uno de los fundadores de Alpina–, le enseñó la habilidad con la que se volvió famosa en Sopó (Cundinamarca): el tejido a dos agujas.
Siempre había querido aprender esta técnica. “Doña Elena nos decía que uno debe estar aprendiendo todo el tiempo y no quedarse con lo poco que ya uno sabe. Que se debe innovar y, si es posible, formar una empresa”, asegura.
Leopoldina, nacida en el municipio de Gachetá y que este año recibió la Medalla Maestro de Maestros, dice tener “honradamente hasta quinto de primaria” y que su éxito está en que le siguió la cuerda a su mentora y montó su propia empresa, donde vende toda clase de tejidos a doble aguja.
Desde medias y gorros hasta abrigos –los más elaborados– que vende a 200.000 pesos cada uno y que los visitantes a Expoartesanías pueden encontrar en el estand 603. Tejer cada una de estas prendas le pueden tomar cinco días.
Gracias a este trabajo sacó adelante a sus cinco hijos, un hombre y cuatro mujeres, quienes intentan continuar con su legado, que se encuentra en peligro debido a la competencia de productos que llegan de países como China.
“El tejido le interesa a la gente, pero nuestras ventas han bajado porque hay mucho mercado chino, que vende productos muy baratos que no son comparables en calidad”, se queja.
Los Agudelo, legendarios fabricantes de carrieles
Rubén Darío Agudelo es el responsable de Carrielarte, una de las pocas guarnielerías –talleres de elaboración de carrieles– que quedan en Jericó, municipio conocido por la fabricación de estos apreciados objetos de la cultura antioqueña.
Agudelo aprendió el oficio de su padre, quien en 1987 obtuvo la medalla Maestría Artesanal Tradicional, la misma que este año le entregó Artesanías de Colombia. Hoy, en su taller, recuerda que cuando era adolescente iba a ayudarle a su papá durante sus vacaciones y ratos libres. Sus labores: “untar pegas y barrer el taller”.
En su familia, el negocio de la ‘guarnielería’ ya llega a la tercera generación. Él mismo se encargó de contagiarles esta pasión a sus hijos, algo que considera una hazaña en un mundo donde los jóvenes se interesan menos por preservar las tradiciones.
Los Agudelo producen hasta 35 carrieles semanales. El secreto del éxito, confiesa, es adaptarse. “Antes nos pedían guarnieles con bolsillos secretos, y ahora las exigencias van hasta que los hagamos con bolsillos para celulares y tabletas”, advierte.
Incluso, han adaptado los materiales para hacer estos accesorios más amigables con el medio ambiente. Por eso, solo los fabrican con cuero de animales que no están en peligro de extinción.
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