El presidente de Bolivia, Evo Morales, reconoció este viernes que Gustavo Vargas, director general de LaMia, la aerolínea boliviana que tuvo un accidente en cercanías a Medellín con 77 personas a bordo en uno de sus aviones, fue piloto presidencial y que desconocía que la compañía tuviera matrícula boliviana.
En una conferencia de prensa en el palacio de Gobierno, Morales dijo que lo reconoció como su piloto y relató que también lo fue "en tiempos de confinamiento". Vargas no era el piloto que iba en la aeronave estrellada.
El presidente se refiere a la información que ha circulado sobre una persona llamada también Gustavo Vargas, quien formaba parte del directorio de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), organismo regulador de la aeronáutica boliviana y responsable de otorgar licencias de vuelo, como director del registro aeronáutico nacional.
La relación entre las dos personas está documentada en redes sociales y supuestamente serían padre e hijo, según han señalado varios medios locales.
Morales recordó que vio los aviones de LaMia en el aeropuerto de Cochabamba (no precisó cuándo) y preguntó por ellos.
"Me decían que eran venezolanos y estaban en mantenimiento", rememoró. Dijo que le pareció extraño que después de dos meses siguieran en mantenimiento y preguntó a algunas autoridades que por qué no los compraba la aerolínea estatal Boliviana de Aviación (BoA) si LaMia no los movía.
"Yo no sabía que (los aviones de LaMia) tenían autorización, no sabía que (LaMia) era una empresa con matrícula boliviana", dijo el mandatario y añadió: "Tiene que ser investigado cómo se legaliza, cómo se constituye la empresa, como (se dan) las licencias correspondientes".
Morales lamentó la suerte de las víctimas mortales del accidente, que llevaba a casi toda la plantilla y junta directiva del club brasileño de fútbol Chapecoense, el cual iba a disputar la final de la Copa Suramericana en Medellín contra Atlético Nacional de Colombia.