Cuando en ‘El paredón’ de este periódico le dan tomate a la serie 'Gilmore Girls' por haber usado el nombre de Pablo Escobar en una metáfora, y nos ofendemos cuando hacen alusión a nuestro país cartel, me pregunto cuál es la Colombia que queremos exportar. Hace unos años, en el mítico Sunset Boulevard, en Hollywood, me impactó una gigantografía de Pablo Escobar, una valla de 6 pisos de alto con la cara de mi amigo Andrés Parra interpretando al capo del cartel de Medellín, al Patrón del mal. Una superproducción de Caracol TV, compañía que después de este dramatizado produjo por lo menos otras 10 narconovelas. RCN, con el éxito de El capo 1, 2, 3, etc., aumentó la realización de los productos con temas narcos y mafiosos y paramilitares. La narcotemática copó la producción de las dos grandes de la televisión y sigue copándola.
Conozco personalmente al doctor Carlos Ardila y sé de su compromiso con la cultura: su aporte a los 3 festivales que se realizan en Cartagena, que no serían factibles sin el apoyo logístico y financiero de RCN; es un hombre de familia, es un buen colombiano. Y qué decir de Alejandro Santo Domingo, digno hijo de su padre, empresario exitosísimo y ahora emparentado con los reales de Inglaterra. ¿En qué momento convencieron a estos dos prohombres de poner en las pantallas de las casas de los colombianos, con los niños presentes, unas historias sórdidas de antihéroes narcotraficantes y asesinos, y distribuir internacionalmente un retrato tétrico de nuestro país?
Y el mismo Gobierno está utilizando buena parte del presupuesto de fomento del cine extranjero para favorecer producciones de puro corte narco. No por nada, la serie más importante que está en Netflix se titula Narcos, protagonizada por un improbable Pablo Escobar con acento.
Y ahora toda la farándula y los socialite y las clientas de la peluquería de Poncho andan alborotados porque vienen Penélope Cruz y Javier Bardem a filmar en Colombia una superproducción. La trama se desarrolla en Medellín y es una historia de amor entre Virginia y Pablo, otra narconovela, otra bío sobre Pablo Escobar; y nosotros, tan contentos que le vamos a devolver a la productora casi la mitad de los gastos que se efectúen en el país para que, con nuestra plata, exporten una narcoimagen de nuestra querida ‘narColombia’.
Slavo Basile