Bolivia suspendió el jueves los permisos de operaciones de la aerolínea Lamia, cuyo avión cayó en Colombia con un saldo de 71 muertos, entre ellos jugadores del brasileño Chapecoense, y además destituyó a altos funcionarios del control aeronáutico del país, informó el gobierno.
"El gobierno instruyó a la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil) la suspensión del certificado de operador aéreo (a la empresa Lamia) y una investigación" acerca de los permisos de la empresa, sus propietarios y sus capitales, explicó el ministro de Obras Públicas y Servicios, Milton Claros.
Adicionalmente ordenó "el cambio del personal ejecutivo tanto de la DGAC como de AASANA (Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea), mientras duren las investigaciones".
Lamia tenía permiso para operar en cielos bolivianos desde mediados de 2015, indefinidamente. Previamente la DGAC comunicó este jueves la "suspensión de manera inmediata" del permiso de operaciones de la aerolínea
Lamia, cuya nave se estrelló en Medellín, dejando 71 muertos, entre ellos jugadores del club brasileño Chapecoense, dirigentes y periodistas, además de la tripulación.
Seis personas sobrevivieron. Una resolución administrativa fechada el 29 de noviembre, pero divulgada recién este jueves, dispuso "la suspensión de manera inmediata del Certificado de Explotador de Servicios Aéreos y del Permiso de Operación otorgado a la Empresa Lamia Corporation SRL".
La resolución no explica las razones de la medida, pero fue aprobada un día después de que un aparato de esa línea se estrellara en Colombia aparentemente por falta de combustible. El documento señaló que la DGAC "proporcionará comunicados oficiales periódicamente".
Según el representante de la empresa, Gustavo Vargas, la nave incumplió el plan de reabastecerse de combustible en Cobija, ciudad boliviana fronteriza con Brasil, o en Bogotá.
La principal hipótesis para el accidente es una falta de combustible del avión chárter que transportaba a futbolistas, directivos del Chapecoense y periodistas desde la ciudad boliviana de Santa Cruz (este), donde habían viajado en vuelo comercial desde Sao Paulo.
Las autoridades sospechan de normas laxas en el control aéreo. Según detalló el diario El Deber, una funcionaria de administración de aeropuertos, Celia Castedo Monasterio, realizó 5 observaciones al plan de vuelo del Lamia, sin embargo el despachador -fallecido en el accidente- le insistió que tenían la capacidad de realizar el viaje.
La principal objeción era sobre el tiempo de vuelo, que era muy ajustado con la autonomía de la nave para mantenerse en el aire. Según han comentado a medios de comunicación diversos pilotos entrevistados, es esencial tener un extra de combustible para poder desplazarse a un aeropuerto alterno en caso de no poder aterrizar en el destino programado.
"De acuerdo con los documentos, el tiempo estimado en ruta era de 4 horas y 22 minutos. El mismo tiempo que se registró para la autonomía de vuelo de la nave, aspecto que nunca debería ser igual", detalla el reportaje del diario boliviano.
Además, según ha publicado El Deber, el documento de Castedo describe una conversación que tuvo con el despachador de LaMia, quien le dijo que el capitán del vuelo, "le había dado esa información y que el tiempo les alcanzaría"
En otro punto de la conversación registrada por Castedo, y que recoge El Deber, se reseña que el despachador contestó a sus argumentos diciendo que “no señora Celia, esa autonomía me han pasado, nos alcanza bien... Así nomás lo presento, lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe. Es así nomás, tranquila, eso está bien, ahí nomás déjemelo”.
AFP Y ELTIEMPO.COM