El desarrollo de la nueva temporada ha estado signado por el esquema tradicional de lanzar un inicio brutal, bajar el ritmo y crear un envoltorio dramático alrededor de ciertos personajes para luego cerrar en punta el final de un ciclo.
Aunque es una receta exitosa y los seguidores la conocen muy bien, lo cierto es que en este ciclo parece estar revelando sus falencias.
Luego de la impactante aparición de Negan, las cosas se han enfriado tanto que parece que los episodios recientes solo han servido para sostener subtramas que no parecen aportar al verdadero conflicto que se avecina: la guerra de Rick y los demás grupos de personas sometidas por un tirano carismático.
La importancia de los secundarios en este drama de supervivencia ha adoptado una forma llena de contrastes: por un lado, vimos a un Dwight inmerso en su propio dolor en un capítulo muy bien estructurado, cargado de tensión emocional y suspenso; pero en el episodio que se emitió la noche de este lunes, la cosa fue a otro precio.
A pesar de los esfuerzos de Tara –la protagonista del episodio– por darle un norte a su propia historia, lo cierto es que el capítulo fue monótono y, si somos realistas, no aportó mucho a la trama principal.
Es cierto que esta es solo la primera parte de una 'midseason' y que el próximo año vendrán episodios cruciales en los que el imperio de Negan podría ser afectado y la dosis de sangre y sorpresa podrían incrementarse radicalmente; sin embargo, hasta ahora, el ritmo de la serie ha ido decayendo.
Con Tara y su aventura personal se cumplió esa incómoda tarea de ser solo una pieza de transición. Pero a falta de dos episodios para el final de la primera parte de su sexta temporada, ¿no sería más interesante enfocarse en el plan para cambiar el panorama tan sombrío que rodea a los protagonistas?
Yo lo único que espero es que en los dos episodios que faltan, antes de la pausa navideña, se conciba la violencia y la sorpresa que prometieron los creadores de la serie al principio de este ciclo y que ‘The Walking Dead’ explore otras recetas narrativas en su desenfrenado afán de supervivencia.
Tal vez lo que se puede destacar del episodio es el tributo que se le rindió al director italiano Lucio Fulci, al mostrar a unos caminantes muy parecidos a los que mostró en su película 'Zombie' (1979), pero la sensación al final es que 'The Walking Dead', otra vez, nos quedó debiendo.
ANDRÉS HOYOS VARGAS
Cultura y Entretenimiento