“El destino que nos tocó en suerte” es la frase que nos define como sujetos del melodrama. Y parte de este destino es la televisión. Esta vez, tres destinos que hacen de nuestra pantalla un canto al tedio.
Cante aunque no cante. Bien sea ‘La voz Colombia’, ‘La voz kids’, ‘La voz teens’ o ‘Yo me llamo’, los concursos de cantantes ya son marca de Caracol.
Supuestamente ‘La voz teens’ es una “innovación” porque vincularon a los colegios, pero es marca en estética de la repetición, siempre lo mismo con pequeñas variaciones: colombianos que creen que tienen talento para cantar, familias enteras en melodrama y angustia moral que apoyan a su escogido en la búsqueda de la fama efímera, jurado buena onda y juguetón, presentadoras bonitas.
La variación es que esta vez cuenta con la maravillosa e impecable Goyo, de ChocQuibTown; la nueva era de Andrés Cepeda y el goce de Gusi. Y tres nuevas chicas lindas.
Caracol dice que este concurso mostrará que “toda Colombia será testigo del inmenso talento que se esconde en esta nueva generación”. Y es mentira: nada de talento, puro artificio Caracol.
La verdad es que este concurso juega a que en Colombia se canta todo, nos gusta la música y un triunfador salva a toda la familia de la olla en que vivimos. Por eso, más que buena música y talento, lo que se vive y se siente es un melodrama con lágrimas y suspiros.
'Séptimo día' es otra marca Caracol. Estética del abismo. Cada semana un caso truculento, de esos que cuestionan individuos y exhiben el morbo. Ganador del premio al periodismo de investigación Seguros Bolívar, donde se premia lo mejor; luego este programa es lo mejor en periodismo de TV en Colombia.
Paradójicamente, la misma semana la Corte Constitucional de Colombia le ordenó al canal Caracol y a ‘Séptimo día’ rectificar toda la información emitida en tres capítulos sobre las comunidades indígenas, donde se las acusaba de abuso sexual, prostitución, corrupción y drogadicción.
Este fallo se basa en que en el programa no se les dio la oportunidad a las comunidades de tener su voz. La Corte revisó las transcripciones y encontró que la información transmitida era “abiertamente contraria” a lo que las autoridades habían testimoniado.
Como rectificación y reparación se le ordena a Caracol emitir “un episodio completo en su horario habitual para permitirle a la organización indígena defenderse de las acusaciones hechas”.
Y ordena, así mismo, crear un manual de ética por escrito y público en el que incluya “unas reglas mínimas para abordar temas relacionados con grupos étnicos, minorías sexuales y demás sujetos tradicionalmente estigmatizados dentro de nuestro contexto social”. Caracol dijo que “el fallo se va a acatar”.
Periodismo militante. El destino nos trajo un periodismo militante en los negocios del amo. Y el amo se llama Postobón. Y el medio, ‘Noticias RCN’. Y su neutralidad informativa, oponerse a la paz en aras del negocio del amo. ¡Periodismo militante en la empresa y no en el país!
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión