El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hizo un llamado esta semana para que los países de la región se muevan hacia un modelo que consolide “bajo un mismo techo” todos los servicios que por lo general se ofrecen a las mujeres que son víctimas de violencia.
De acuerdo con Andrew Morrison, jefe de División de Género, Inclusión y Diversidad (BID), Colombia y algunos países ya han comenzado a experimentar con este nuevo enfoque, que por el momento da buenos resultados.
Sin embargo, se trata de una idea aún muy incipiente y que requiere del decido apoyo de los estados para prosperar.
“En el modelo tradicional la mujer que es víctima de violencia debe buscar los servicios en diferente partes. En la Policía, la Fiscalía, para ayuda sicológica. Tiene que tocar muchas puertas y por lo general no tienen ni los recursos, ni el tiempo y se trata de servicios de mala calidad. Y son hasta revictimizadas por este arduo proceso”, sostiene Morrison en entrevista con este diario.
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Según el experto, el BID ha estado tratando de forjar alianzas para poder ofrecer servicios de alta calidad y en un ‘one stop shop’ o bajo el mismo techo.
Para Morrison, al concentrar todos estos recursos en un solo centro no solo mejora la calidad sino que bajan los costos.
Esa es una de las iniciativas que viene respaldando el Banco en Medellín donde ya está operando un centro de equidad de género que ofrece muchos de los servicios de un ‘one stop shop’.
Es decir asistencia psicológica, contactos con la Policía y la Fiscalía, y programas de empoderamiento económico, que según Morrison, son importantes pues la independencia económica de las mujeres se puede traducir en un vehículo para la reducción de la violencia.
Así mismo, el banco viene colaborando en el diseño de una “ciudad mujer” que tendría características similares a los centro de equidad.
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Otros países, como El Salvador, Honduras, Paraguay y Honduras han estado aplicando conceptos similares con resultados muy prometedores.
“Se está convirtiendo en una tendencia pues en la región se han dado cuenta que los servicios fragmentados no responden a las necesidades de las mujeres”, sostiene el experto.
Paralelo a los centro de equidad, el Banco ha apoya la Línea 123 que también opera en Medellín y que es un servicio telefónico para asistir a mujeres que son víctimas de agresiones.
De acuerdo con un estudio financiado por esta institución, hubo una reducción del 37 por ciento de casos de violencia cuando las mujeres llamaron a la línea y fueron atendidas durante las primeras 12 horas del incidente.
Pese a ello se trata de un programa que solo opera en esta ciudad y que, según Morrison, sería clave poder llevar a una escala nacional.
De acuerdo con estudios recientes, Colombia es uno de los países con las tasas de feminicidio más altas del mundo y tiene estadísticas para nada alentadoras en cuanto a violencia intrafamiliar.
En un estudio realizado por Declaración de Ginebra 2015, un centro que se dedica a este tipo de mediciones, Colombia fue el décimo país del mundo con la tasa más alta de feminicidios. En cuanto a violencia intrafamiliar sutasa es un poco superior a la de Latinoamérica (con un 37 por ciento), que ya de por si es la región más violenta del mundo cuando se trata de mujeres.
Para Morrison, el acuerdo de paz podría ayudar a revertir esa tendencia.
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“Hay estudios que muestran que las mujeres, cuando son empoderadas, pueden ser motor de crecimiento. Tiene todo el sentido del mundo poner a las mujeres como el eje central de la construcción de la paz”, dice el analista.
Otro de las claves en la lucha por la eliminación de la violencia contra la mujer es la prevención. Un tema en el que todavía se invierte muy poco en la región.
Si bien existen iniciativas exitosas en este campo se trata de esfuerzos solo a nivel local. Al gran reto para la región, afirma Morrison, es llevar este tipo de iniciativas a gran escala.
Por ejemplo, insertado en el pénsum educativo programas para la prevención tanto del acoso como de la violencia. Algo que no ha sido fácil y frente a lo que no existen recetas únicas.
Para este experto, Argentina viene desarrollando un sistema que podría servir como modelo para la región.
Básicamente, porque existe un fuerte compromiso del nuevo gobierno y a muy alto nivel, se han asignado partidas presupuestarias para poder financiar las iniciativas y se cuenta con un componente multilateral, a través del BID, que asegura los créditos que el país necesita.
El llamado del BID coincide con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebró este viernes 25 de noviembre.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington