En los llanos colombo-venezolanos se conoce como cimarrón a un toro bravío que recorre las praderas libremente, sin ser capturado ni domesticado por la mano del hombre.
De forma alegórica, con esa misma libertad y fuerza, la agrupación que lideran el arpista Carlos Rojas y la cantautora Ana Veydó experimenta con los sonidos de la música llanera, conservando siempre la esencia de la tradición.
“La música llanera permite que el instrumentista y el cantante pongan su sello y su impronta personal en ella. Cualquier músico puede expresarse libremente al interior del joropo porque es un género que así lo permite”, afirma Rojas, director del grupo Cimarrón.
La evolución de esa búsqueda constante se podrá ver este 25 de septiembre en el teatro Colón, de Bogotá.
Luego de convertirse en el primer conjunto colombiano de música tradicional en ser nominado a los Grammy anglo, en el 2008 Cimarrón fue invitado a Sevilla (España) para presentarse en Womex, la feria del género ‘world music’ más importante del mundo.
Ese concierto les abrió las puertas del mercado internacional y pudieron llevar su sonido a países como Suiza, Francia, Bélgica, Portugal, Noruega, Croacia, India, Emiratos Árabes y China. También a Gales, donde hicieron una gira con Catrin Finch, apodada ‘la reina del arpa’.
“La gente que ha visto nuestro espectáculo en otros países se sorprende porque cuando ven un arpa, generalmente piensan que van a escuchar algo de carácter casi celestial y etéreo, pero luego sienten el peso y la fuerza de la música de los Llanos y quedan atónitos”, dice Rojas.
Para el veterano arpista, la música llanera “también tiene la capacidad de jalar a estos públicos extranjeros hacia el movimiento, porque es un sonido sumamente poderoso, rápido y fuerte que enerva y excita al mismo tiempo”.
Cimarrón define su estilo sonoro como joropo contemporáneo, ya que además de interpretar los instrumentos tradicionales de la música llanera (arpa, bandola de cuatro cuerdas, bandolón y maracas), también ha integrado el contrabajo eléctrico y varias percusiones, entre ellas el zurdo, la tambora y el platillo ‘crash’.
Sin embargo, el más importante de todos sus aditamentos ha sido el cajón flamenco, con el que recuerdan que una parte muy importante de la música llanera es el sonido que producen los zapateadores o bailarines.
“En una grabación de esta música nunca vas a escuchar el sonido de los zapateadores, aunque es algo fundamental. Con el cajón flamenco buscamos recuperar esa sonoridad de la fiesta campesina”, asegura Rojas.
En el variado repertorio de esta agrupación se incluyen melodías que tienen que ver con la religiosidad y la tradición de la cultura llanera, representada a través del canto étnico, el canto recio y el canto de ordeño, entre otros.
En relación con este último, Rojas explica que “el canto de ordeño tiene una función utilitaria, que es la de acostumbrar a la vaca a que escuche su nombre integrado en el canto, haciendo que el animal pierda la tensión y se deje ordeñar mansamente”
Un ejemplo de ello es el tema ‘Terciopelo’, que interpreta Veydó y dice: “Terciopelo, Terciopelo, las cortinas de tu casa son de terciopelo negro, y entre cortina y cortina está mi amor prisionero, Terciopelo”.
“Esa copla está dedicada a una vaca llamada Terciopelo, y es una muestra de cómo una música que se utiliza para el trabajo, cuando se pone en el escenario se convierte en un elemento artístico de gran belleza”, concluye el arpista.
Cimarrón está próximo a grabar un nuevo disco, en el que recopilará presentaciones en vivo.
¿Dónde y cuándo?
Viernes 25 de noviembre, desde las 7:30 p. m. Teatro Colón (calle 10 n.° 5-32, Bogotá). Precio: 30.000 pesos. Boletas en Tuboleta.com.
DANIEL TORRES
Cultura y Entretenimiento