Con el anuncio de la llegada de Uber a la ciudad, se levantó este viernes Manizales, donde los taxistas llevan más de un año rechazando, de manera anticipada, la competencia de la aplicación móvil para pedir transporte.
Desde marzo pasado, los conductores de servicio público individual tradicional se adelantaron a los acontecimientos y rumoraban que algunos vehículos blancos ya estaban trabajando con la plataforma. Esta información fue luego desmentida por la empresa.
Pero los temores de los 'amarillos' aumentaron a mediados de este año, cuando Uber hizo su arribo a Pereira, la primera ciudad del Eje Cafetero en contar con sus servicios, ubicada a solo una hora de distancia por carretera. Entonces, los taxistas convocaron marchas y se reunieron con el alcalde manizaleño, Octavio Cardona León, para pedirle apoyo.
Desde ese momento y en repetidas ocasiones, el mandatario local dijo que su intención era "no permitir" que la empresa internacional de software de San Francisco (Estados Unidos) empezara a funcionar en la capital de Caldas pues las autoridades y los gremios de taxistas en el país han coincidido en considerarla una competencia "ilegal".
Sin embargo, la compañía insiste en que su sistema no es contrario a la ley y en la mañana de este viernes expidieron un comunicado en el que confirman su llegada a la Ciudad de las Puertas Abiertas.