Este año Microsoft ha sido más innovadora que Apple en el universo de los computadores. Mientras los de la manzana se conformaron con lanzar una familia de Macbook Pro con algunos refinamientos estéticos y decisiones de diseño cuestionables, los de Redmond han presentado un computador todo en uno, pensado para diseñadores, que lo ubica como un fuerte competidor del iMac –todo un golpe en el nicho de mercado donde Apple ha sido rey indiscutido por años–.
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Se trata del Surface Studio, que cuenta con una pantalla de 28 pulgadas con una resolución de 4.500 por 3.000 pixeles. Si usted desea dibujar, puede ubicar el monitor en cualquier ángulo y utilizar el Surface Pen para plasmar sus trazos.
Al conjunto se suma el Surface Dial, una suerte de disco que se coloca sobre la pantalla y permite generar paletas de colores dinámicas con solo girarlo. Vale 3.000 dólares y utiliza Windows 10. Con este producto, Microsoft mostró hambre de cambio, de riesgo.
Este lanzamiento se suma a la futura actualización de Windows enfocada en facilitar la creación de contenido en 3D, Windows Creators, las gafas holográficas HoloLens (que permiten superponer imágenes en 3D sobre el campo visual inmediato), el Surface Book (el primer portátil fabricado por Microsoft) y los dos en uno Surface Pro.
En la otra orilla, Apple se vio deslucido en su última presentación. El atractivo central de los últimos modelos de MacBook Pro es una pantalla OLED táctil que reemplaza la primera línea de teclas (llamada Touch Bar). El contenido desplegado en la misma se puede personalizar de acuerdo con la aplicación utilizada.
Luce atractiva, pero no del todo cómoda. ¿No habría sido más fácil introducir una pantalla táctil?
Los precios de los productos subieron: el Macbook de 13 pulgadas sin Touch Bar ronda los 1.500 dólares. La versión más barata de la edición anterior de esta familia cuesta 1.300 dólares ¡Hubo un incremento de 200 dólares! Para ahondar la inconformidad, los equipos no operan con los componentes más modernos. Funcionan con la sexta generación de procesadores Intel –y ya hay una séptima–. La versión de 15 pulgadas acude a una tarjeta de gráficos AMD Radeon, pero se esperaba que acudieran a los chips Nvidia Pascal. Por si eso fuera poco, incrementar la capacidad de almacenamiento es muy costoso: la versión de 13 pulgadas llega al mercado con una capacidad base de 256 GB. Si quiere 512 GB, debe pagar 200 dólares más; y si quiere 1 TB, 600 dólares.
Eso sin olvidar que estos portátiles solo traen 4 puertos USB-C/Thunderbold 3. Es una tecnología que, si bien será el estándar en unos años, aún no se ha popularizado. Con esto, se eliminó el MagSafe, el lector de tarjetas SSD, el puerto HDMI y los puertos USB 3.0 que todavía son muy necesarios para los usuarios profesionales que apoyan sus labores con periféricos. Parece un movimiento pensado para incrementar sus ventas a través de adaptadores, e incomodar de paso.
Lo cierto es que Apple escuchó las quejas en los últimos días y decidió reducir el valor de dichos adaptadores a la mitad, ¡gracias!
A pesar de sus falencias, el Macbook Pro ya ha generado 3,7 veces más ingresos (en ventas anticipadas por internet) que el Surface Book, según Slice Intelligence. Por ende, es justo decir que aunque Microsoft ha sorprendido con su innovación, aún tiene un largo camino por recorrer en el segmento del ‘hardware’ para igualar a Apple en popularidad e ingresos.
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Pero, ojo: en el mundo de los computadores Apple no es líder, ocupa el cuarto lugar con 7,4 por ciento de la participación, según el último informe de la consultora de IDC. Lo superan Lenovo, HP y Dell. Microsoft, como marca independiente, apenas empieza a aparecer en la escena tecnológica. Por eso, es apenas lógico que no logre igualar las cifras de la compañía de la manzana. Sin embargo, si Apple no es más agresiva con sus productos puede que Microsoft, u otras marcas, le den alcance en los próximos años.
ÉDGAR MEDINA
Tecnósfera
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