Todavía este domingo, cinco días después de su victoria, muchos no comprenden el inesperado triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE. UU.
Y si bien pasarán muchos más antes de que eso se descifre por completo, ya hay varias pistas –y lecciones– que han comenzado a emerger. Y quién mejor para discutirlas que Dan Restrepo, exasesor del presidente Barack Obama y cercano a la campaña de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton.
En entrevista con EL TIEMPO, Restrepo destaca entre ellas la baja participación en este ciclo electoral y el voto de las mujeres, que no se materializó como se esperaba. También se refiere al futuro que les espera a Colombia y la región con la presidencia del magnate.
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Supongo que sorprendido por los resultados...
Bastante. Si bien se creía que iba a ser más estrecho de lo que en algún momento se pensó, existía confianza por la estabilidad de las encuestas, que mostraban a Clinton arriba por cuatro y cinco puntos. Así mismo, se confiaba en la maquinaria electoral, donde los demócratas tenían ventaja por el tamaño y la inversión. Por eso, lo más sorprendente fue la caída en el nivel de participación. Trump tuvo dos millones menos de votos que los logrados por Mitt Romney (el candidato republicano en el 2012), y Hillary, siete millones por debajo de los que obtuvo Obama en su reelección. Eso definió la elección. Pero nadie lo vio venir. Ni las encuestas, ni los analistas, ni la campaña.
¿Por qué no hubo tanto entusiasmo?
Nadie sabe exactamente. Una idea es que hay frustración entre la población con los Gobiernos y una sensación de que sus acciones no afectan su día a día. No solo en EE. UU. sino en el mundo entero. Y eso deprime la participación. También creo que el tono negativo de la campaña y la alta imagen negativa de ambos candidatos provocaron que mucha gente prefiriera quedarse en casa.
Una de las cosas que parecen indicar las encuestas a boca de urna es que la famosa coalición Obama, esa compuesta por mujeres, minorías y jóvenes, no se trasladó a Clinton. ¿Fue así?
Esta elección se determinó por márgenes muy pequeños. En los estados que resultaron ser claves y le dieron el triunfo a Trump, como Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, la diferencia fue del uno por ciento. En otras palabras, con que solo una persona más de cada 100 hubiese votado por ella, la historia que estaríamos contando sería otra.
Es cierto que esa coalición Obama no se animó igual por la secretaria Clinton, pero siempre se supo que el voto afroamericano no votaría igual. Su participación en los comicios anteriores fue inusualmente alta por razones obvias. Pero se creyó que eso se iba a balancear con las mujeres y los latinos.
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Pero no sucedió. Lo de las mujeres llama la atención, pues no solo era llevar a la primera a la Presidencia, sino frente a un rival que desató repudio. ¿Qué pasó?
Ese es uno de los grandes interrogantes, pero todavía no hay respuestas claras. Hay que hacer una autopsia de la votación y mirar muy bien los números para determinar por qué no se inclinaron por la secretaria con más contundencia, o se quedaron en casa.
En el caso de los latinos, los ‘exit polls’ dicen que Clinton solo obtuvo 65 por ciento de su voto. Muy por debajo del 70 que logró Obama en el 2012 y sorprendente dado el discurso antiinmigrante de Trump...
Para mí, el voto latino es una incógnita, y no estoy tan seguro de lo que dicen las encuestas a boca de urna. Estas encuestas no están diseñadas para medir muy bien a este sector. Son en inglés y se hacen en zonas donde no necesariamente hay muchos hispanos. Hay mediciones mucho más confiables, como el censo de la participación electoral, que nos dará una mejor radiografía pero tarda más tiempo.
Hay varios casos que muestran una película diferente. En Nevada, por ejemplo, sabemos que hubo una participación muy alta, y hasta se eligió a la primera congresista hispana. En Miami Dade, Florida, Clinton recibió 150.000 votos más que los que tuvo Obama, mientras que Trump obtuvo los mismos de Romney. Mi impresión es que sí hubo un aumento nacional, pero quizá en estados como California, que no eran vitales para esta elección, y por eso no hubo tanto impacto.
¿Cree que a Clinton le pesó el hecho de ser mujer?
Creo que ese fue un factor, pero uno entre varios. El económico fue importante. Trump aprovechó el malestar de ciertos sectores por los efectos que está causando el tránsito de una economía industrial hacia una digital y tecnológica. Se apropió del discurso antiglobalización y anti libre comercio. En el caso de Hillary, su plataforma económica no fue muy clara sobre cómo enfrentar este mismo fenómeno.
Pero el reto de Trump es grande, pues ahora tiene que buscar la manera de cumplir con esa promesa a sabiendas de que el camino del aislacionismo, antes que ayudarlo, le puede costar más empleos. Es muy probable que cuando ya nombre a su secretario del Tesoro, le informen sobre los efectos negativos de su plan.
Entonces, ¿en qué queda su promesa de retirarse de Nafta y otros tratados comerciales?
Puede hacer cosas. Los dirigentes en México y en Canadá se han mostrado abiertos a mirar el tema, y puede existir un espacio para adaptarlos a la realidad de ahora, pues han pasado casi 25 años. Pero en el terreno es más complicado porque las economías están interconectadas. El país podría ser demandado si Trump incumple los acuerdos, y retirarse de ellos es algo que tampoco puede hacer solo.
Lo que sí es cierto es que nuevos acuerdos comerciales como el TPP (Transpacific Partnership) no se moverán por ahora.
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Se habla mucho de una ‘mayoría silenciosa’ en EE. UU.: los blancos sin educación superior, que salieron en masa y por Trump. Como un ‘brexit’ en EE. UU. ¿Lo ve así?
No estoy tan seguro. Si eso fuera cierto, la participación en estas elecciones habría sido más alta, y no lo fue. Trump tuvo dos millones de votos menos que el candidato republicano de hace cuatro años. Hubo un cambio en los patrones de votación, pero no es claro que existió una ola.
Muchas de las posiciones de Trump son extremas y generan gran preocupación. ¿Las llevará a la práctica?
Frente a eso hay incertidumbre. Por lo que ha dicho hasta ahora, en su discurso de aceptación y en sus palabras tras la reunión con Obama, parecería que está tomando distancia del Trump candidato. Pero sabremos más cuando designe a su equipo de gobierno. Si nombra como jefe de gabinete a un Reince Priebus, el jefe del Comité Nacional Republicano, entonces quizá veremos una presidencia más clásica. Pero si nombra a Steve Bannon, su jefe de campaña (muy polémico por su visión extrema de cómo hacer política), lo más probable es que tengamos como presidente al Trump de la campaña.
¿Cree que terminará expulsando indocumentados y construyendo un muro?
Es muy probable que elimine Dapa y Daca (dos programas que suspendían la deportación de personas que llegaron muy jóvenes a EE. UU. de manera ilegal pero han vivido allí desde entonces) tan pronto llegue a la Casa Blanca, usando órdenes ejecutivas.
Lo del muro es otra cosa. Tiene que conseguir los recursos con el Congreso, y se comienzan a escuchar voces que advierten sobre sus costos. También hay zonas de la frontera donde es imposible construir y otras ideas para reemplazar un muro físico con tecnología. Pero fue una de sus promesas, y es seguro que empujará por ellas.
¿Qué cree que pase con el caso de Cuba, donde prometió dar reversa al acercamiento iniciado por Obama?
Trump ha dicho cosas diferentes. Que acabaría con todo lo nuevo o que renegociaría los términos. Creo que de momento se suspenden los avances, pero no se sabe si anulará algunas de las cosas que ya están en vigor. Y también depende de lo que haga Cuba como reacción.
¿Qué cree que pasará en el caso de Colombia bajo una administración Trump?
El tema colombiano ha avanzado en el pasado con gobiernos republicanos y demócratas. Pero mucho dependerá de quién esté a cargo de la política. Para el Departamento de Estado han sonado unas cinco personas: el expresidente de la Cámara Newt Gingrich, el senador Jeff Sessions, el embajador John Bolton, el exasesor Richard Haass y el senador Bob Corker. Y todos tienen perfiles muy distintos. Hay que esperar.
¿Qué tan en riesgo está el legado de Obama con Trump en la presidencia?
Bastante. En particular, porque contará con una mayoría en el Congreso que lleva ocho años tratando de hundirlo y no había podido porque Obama estaba en la Casa Blanca. Con Trump ya no habrá oposición.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
En Twitter: @sergom68
Washington