Rezando el padre nuestro a todo pulmón y resguardándose en el piso fue como 80 mujeres feligreses de la iglesia de la Inmaculada, ubicada en la calle 88 con carrera 11A, vivieron el atraco masivo del que fueron víctimas el jueves en la noche.
“Orábamos muy a grito y creo que eso los amedrentó un poco, porque se fueron muy rápido incluso no se alcanzaron a llevar objetos de algunas de mis compañeras”, narró Sandra, una de las afectadas.
El asalto ocurrió en la capilla contigua, sector El Chicó de Chapinero, donde todos los jueves suelen reunirse este grupo de católicas, que pertenece al movimiento Emaús, quienes ese día de la semana suelen rezar el rosario y preparar actividades filantrópicas.
“Era el día en que venimos a mantenernos unidos en la gracia de Dios”, contó Diana, otra de las feligreses. Los delincuentes, que al parecer serían cuatro hombres y una mujer, llegaron en medio del aguacero de esa noche e irrumpieron violentamente en el recinto espiritual gritando que eran de la Sijín.
“Hacia las 7:30 de la noche gritaron que eran de la Policía Judicial. Entraron fuertemente armados y nos dijeron que nos botáramos al piso y que entregáramos las pertenencias”, narró Luz Marina, otra de las integrantes del grupo que fue asaltado.
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Ante la amenaza con las armas de fuego, las feligreses se acomodaron en los costados laterales de la capilla, donde comenzaron a orar. “Cuando vimos las armas supimos que se trataba de un atraco. Nos dijeron que no volteáramos a mirar. Fue una situación que nos abrumó mucho. Se llevaron mi bolso”, agregó la testigo.
El asalto duró unos cinco minutos, en los que los delincuentes, que estaban vestidos con camisetas blancas de la selección Colombia, iban guardando los objetos de valor en bolsas de basura; incluso en medio del ajetreo se les cayeron algunas de las cosas que hurtaron.
“Salimos corriendo a la parte de adelante del salón. Nos decían que les entregáramos los celulares, que nos quitáramos las joyas. Salieron corriendo y dejaron una bolsa con las carteras que se habían robado”, recordó Sandra.
Aunque en el recinto estaban 80 personas, los delincuentes solo robaron a una parte, aún no determinada, del auditorio. Varios de los asistentes se quedaron a esperar a que llegaran los uniformados para denunciar el hecho.
“Serían 15 personas las que manifestaron que fueron víctimas del hurto de algún elemento. Algunas de ellas encontraron sus elementos abandonados en la salida del salón”, informó el general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
El atraco ocurrió junto al CAI de la zona, que está diagonal a la parroquia. “Es un hecho muy sorprendente porque aquí con frecuencia vemos a los uniformados circular, pero pues anoche nos atracaron. Los delincuentes son delincuentes y no distinguen ni Dios, ni ley, ni a las personas. Nos toca ahora ser más cuidadosos”, dijo el sacerdote Rafael de Brigard, párroco de la Inmaculada.
No obstante, la Policía logró identificar los rostros de los asaltantes ya que fueron grabados con las cámaras de seguridad de la iglesia. “Aquellos ciudadanos que nos ayuden a reconocerlos y a dar con la ubicación de los mismos recibirán una compensación económica de acuerdo con la información que nos proporcionen”, dijo el general Penilla.
El oficial agregó que están investigando si los delincuentes perpetraron el atraco en lo que se denomina un hurto de oportunidad o si se trató de un delito planeado por una banda criminal.
Grupo de Emaús
Las mujeres atracadas forman parte del movimiento de Emaús, que es de carácter filantrópico y fue creado a mediados del siglo XX. El grupo de la Inmaculada realiza actividades de este tipo en Bogotá.
“Una es la de ir a la cárcel La Picota, el primer domingo de cada mes, a ofrecer aguapanela a las mujeres que están allá desde el día anterior aguantando frío. A sus hijos les llevamos huevos y galletas porque vemos su sufrimiento”, contó Diana.
Emaús está en Colombia desde hace 35 años.
JOSÉ DAVID RODRÍGUEZ
Redactor sección Bogotá
@ashissino85
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