El propósito de la Alcaldía, ahora que obtuvo la aprobación del Concejo, es vender el 20 por ciento de las acciones de la Empresa de Energía de Bogotá a ciudadanos del común, recaudar alrededor de 3,5 billones de pesos y utilizar esos recursos para apalancar Alianzas Público-Privadas (APP) en las que el sector privado aporte la mayor parte de los dineros que se necesitan para construir ocho obras que se estiman en 21,1 billones de pesos.
La Secretaría de Movilidad afirma que estas obras les ahorrarán a los bogotanos 35.000 horas al año y sacarán a la ciudad del atraso vial que hoy tiene sometidos a los ciudadanos a recorridos de hasta 77 minutos por las congestiones y la falta de corredores de alta circulación en el occidente, que tienen recargado el tráfico por el oriente de la ciudad.
Una de las más importantes es la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO), que desde hace 30 años se ha presentado como la alternativa para movilizar el tráfico en sentido sur-norte y viceversa, por el occidente, sin que los carros tengan que ingresar a la ciudad y congestionar vías como la avenida Boyacá o la 68.
La Administración estima que unos 4 millones de personas se beneficiarán con la ALO, porque no solo impactará a quienes quieren desplazarse de un extremo a otro de Bogotá sin pasar por el centro, sino que ayudará a descongestionar al resto de la ciudad y le entregará una troncal al transporte masivo que iría paralela a las calzadas de carros particulares.
La segunda vía clave es la troncal de la avenida Boyacá, que también conecta a la ciudad de sur a norte, pero para el transporte público, porque se planea adaptarla como troncal entre Yomasa, en Usme, sur de la Ciudad, y la calle 170, en el norte.
Esta obra beneficiará a millones de personas que hoy se tienen que desplazar obligatoriamente por la avenida Caracas, que es el corredor que concentra los servicios de transporte masivo (TransMilenio) entre el sur y el noroccidente. Esta troncal fue diseñada en el gobierno pasado, pero la actual administración dijo que encontró fallas técnicas que debe superar. Además, solo estaba garantizada la construcción parcial del trazado.
En plan también está una troncal de TransMilenio por la avenida Ciudad de Cali que atravesaría la ciudad desde Bosa, en el suroccidente y la calle 170, en el norte. Esta obra será crucial para los habitantes del occidente de la ciudad que hoy tienen que soportar largos recorridos porque las rutas que les sirven siempre tienen que subir al oriente de la ciudad para ir al norte o al noroccidente.
Estas dos troncales son importantes para destrabar el sistema TransMilenio que hoy está saturado porque el corredor de la troncal Caracas es el único que lleva los servicios de TransMilenio de sur a norte y viceversa, y está completamente colapsado. Con las nuevas troncales se espera distribuir los servicios y descongestionar el sistema.
Para el transporte de carga será vital la obra de la calle 13, entre el acceso a Bogotá por el occidente y la NQS (carrera 30), pues hoy es el principal acceso a la ciudad por el occidente y carece de las condiciones de una autopista de alto tráfico para soportar el transporte pesado de carga e intermunicipal que circula por allí.
Otras obras estratégicas que figuran en la lista, también en el occidente: la ampliación de la avenida Mutis (calle 63) entre el límite con Funza y la carrera 7.ª, y el ferrocarril del sur.
BOGOTÁ