La medición de las áreas con coca, que tradicionalmente toma como base las cifras del año anterior (las que hoy se manejan, 96.000 hectáreas, corresponden al cierre del 2015), está a punto de sufrir un revolcón.
Sin que se trate de sustituir la labor del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de Naciones Unidas, que es la voz oficial sobre narcocultivos en el país, la Policía está implementando un plan de medición en tiempo real para poder tomar decisiones sobre la estrategia antinarcóticos.
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Con una expectativa de más de 100.000 hectáreas de matas de coca sembradas en Colombia al término del 2016, el Gobierno está a punto de empezar a implementar un fortalecido programa de sustitución de cultivos ilícitos que los campesinos, se prevé, harán de manera voluntaria. Este incluye el sostenimiento de las más de 70.000 familias que viven de la coca –no individualmente sino como comunidades– desde el momento de la sustitución hasta que se consolide la primera cosecha legal.
El otro énfasis se mantiene en la erradicación forzosa, que la Fuerza Pública adelanta a través de equipos terrestres que se mueven por las zonas con más cultivos y cuya labor en el 2016 ha sido afectada por bloqueos de comunidades cocaleras.
En la estrategia se considera como un factor determinante la posible entrada en vigencia de los acuerdos de La Habana, hasta ahora estancados por el triunfo del ‘No’ en el plebiscito, que pondrán a la guerrilla a apoyar la lucha contra la coca, que por décadas obstaculizó de manera violenta.
Para afianzar este modelo de erradicación la Policía Nacional, a través de su dirección de Antinarcóticos, lanzará el otro año (2017) un sistema de monitoreo de cultivos ilícitos que medirá al día el avance de la erradicación de coca, detectará zonas de resiembra y permitirá usar mejor los recursos.
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“Lo vamos a hacer con aeronaves propias de la Policía, algunas de ellas han sido donadas por el Gobierno norteamericano. El sistema de monitoreo lo ha ayudado a construir e implementar EE. UU. con presupuesto norteamericano y alguna inversión colombiana, pero el soporte y mantenimiento será nacional”, aseguró el general José Ángel Mendoza, director de la Policía Antinarcóticos.
El oficial señaló que inicialmente cuatro aeronaves tipo Caravan serán las encargadas del monitoreo, y que a medida que vaya avanzando el proyecto habrá más aviones. “Son aparatos con tecnología de última generación y con un sistema de datos en línea en tiempo real. La información que se va recogiendo va llegando al sistema, a través de cámaras de video y fotográficas que son de alta tecnología y que reportarán las imágenes con sus respectivas coordenadas”.
El general resaltó que el sistema recoge la información de manera confiable, y así se podrán cuantificar de manera exacta los cultivos ilícitos. Los primeros sobrevuelos se harán sobre Nariño, Putumayo, Norte de Santander, Cauca y Caquetá, donde según Naciones Unidas durante el 2015 se concentraron el 81 por ciento de las 96.000 hectáreas detectadas con coca.
El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró que “se están haciendo las coordinaciones para su implementación (dotación de equipos y capacitación), por lo que se estima que estaría operando a mediados del 2017, una vez se surtan pasos normativos”.
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