Siempre recorren la ciudad en grupo, pero ellas dos sobresalen entre los nueve hombres que hacen parte del club La Tribu Biciharlistas. Sus bicicletas son una réplica de la famosa motocicleta Harley-Davidson –pero sin motor– y siempre llaman la atención al lugar donde llegan.
Lina Alexandra Gómez tiene una bici que semeja la de un sheriff (oficial de policía) con su tanque de color blanco, al igual que sus guardabarros. “Todos los accesorios son personalizados y únicos. Tiene luces y un radio donde solo se escucha rock”, asegura Lina, estudiante de gerencia administrativa y quién lleva el amor por las bicis desde muy pequeña.
Muy cerca la acompaña Raquel Zárate en su biciHarley denominada la Viuda Negra, bautizada así por los miembros del club, que tiene como sede el barrio Muzú, en el sur de la ciudad.
“Esta bici fue hecha toda a mano, y su costo puede estar entre los 5 y los 8 millones de pesos. Hicimos el bosquejo en un papel y poco a poco la construimos”, dice Raquel, quien trabaja como visitadora médica.
Al preguntárseles qué es lo más complicado a la hora de tener un prototipo de estas bicicletas, también conocidas como chopper, no dudan en afirmar que conseguir quién haga los accesorios. “Se fabrican poco a poco, y cada uno va rebuscando las piezas; no pueden existir dos iguales”, manifiesta Raquel.
Pero no solo se trata de construir las bici-Harley, este grupo hace obras benéficas y asiste a los eventos a los que los inviten. “Rodamos por los pueblos de Cundinamarca y muchas veces acompañamos a los harlistas que apoyan nuestro proyecto de movilidad limpia”, sostiene Lina.