Señor Director:
En este mundo raro, cansado de los políticos, el señor Donald Trump, con todo lo extraño, con todas las acusaciones de misoginia, de agresivo sexual y de poco capacitado para dirigir los destinos de Estados Unidos, puede llegar al poder. Es la democracia.
Creo que eso de que hay un voto oculto es una realidad. Es peligroso, dicen, para todo el mundo, porque es un personaje incierto, que va contra los avances sociales y puede desatar conflictos.
Pero los grandes intereses políticos no miden el futuro, sino el momento y los dividendos. Por eso, ahora que están cabeza a cabeza con una Hillary Clinton que no tiene un as bajo la manga, vendrán el oportunismo y los respaldos. Lo grave es que todo lo que deja Obama, que beneficia a la clase media, a los inmigrantes, especialmente, se puede ir a pique.
Sí, como dice su editorial, la campaña está para alquilar balcón. Y para pensar con preocupación.
Ángel María Aguilar
Ayudemos a Colombia
Señor Director:
El municipio de Colombia, en el departamento del Huila, encarna el típico pueblo olvidado y resignado, que sobrevive con muchas dificultades, unas veces como consecuencia de la acción de los grupos insurgentes (por su ubicación geográfica); otras, por el abandono del Estado; y ahora, como si fuera poco, la naturaleza que se ensaña contra esta población de gente buena, honesta y trabajadora, arruinándole sus viviendas y las vías de acceso, con fuertes temblores y la acción inclemente de las lluvias. Es el momento de tenderles la mano solidaria y efectiva a estos compatriotas, para que puedan superar sus dificultades.
La severidad del pasado movimiento telúrico dejó costosas huellas y consecuencias, que deben solucionarse de inmediato y no quedarnos simplemente en las promesas del momento.
Gerardo Dussán D.
Bogotá
Trenes de trocha ancha
Señor Director:
Se menciona como una gran cosa el tren que se acaba de reabrir a Santa Marta. Sin embargo, como ingeniero, encuentro que volvimos a lo que teníamos hace 50 años. En Latinoamérica, tan solo en El Salvador se tienen todavía vías de trocha angosta. Entonces, para la evolución del posconflicto, y ahora que entró en servicio el nuevo canal de Panamá, ¿por qué no se piensa en abrir una concesión para ampliar esta vía o adecuarla a trocha ancha, dejando la actual para no perder muchos dineros y sí modernizarnos?
Creo que paralelamente a los rieles actuales se podría ampliar la vía para acercarla a un promedio de 150 cm de trocha, que en promedio utilizan los trenes actuales en Europa. La misma consideración es válida para adecuar técnicamente el tren del Pacífico, ahora que en cuestión de días se va a hacer una inversión aproximada de 7 millones de dólares y que con un poco más entraríamos en la era de la tecnificación. Estas obras ampliarían la velocidad.
Gabriel Vanegas Cantor
Bogotá
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