–¿Será que puedo tocar con ustedes?
–¿Tú qué tocas?
–Arpa.
–¿No tocas algo más pequeño?, como para que puedas subir al escenario.
Esa fue la petición que le hizo al arpista colombiano Édmar Castañeda el famoso puertorriqueño Nelson González, intérprete del tres cubano.
Era una noche de fiesta en un club de Nueva York, en donde González estaba tocando con su orquesta, a la que el colombiano había analizado y estudiado durante mucho tiempo.
Pero lo más difícil, recuerda Castañeda, no fue convencer al puertorriqueño ni tocar con la orquesta, sino atravesar el mar indomable de personas que bailaban al ritmo de la descarga cubana cargando su inmenso instrumento.
“Yo llevaba todo programado para que no hubiera ningún problema, solo necesitaba que me dejaran ser parte y fue increíble. Después, la gente del jazz que me fue conociendo preguntaba ¿dónde está el niño del arpa? y me llamaban”, recuerda Castañeda.
Así fueron sus inicios en la escena de Nueva York, con participaciones en los jam sessions y fue creciendo hasta compartir escenario con artistas de la talla de Paquito D’Rivera, Chick Corea y la Big Band de Charles Mingus.
Ahora, Castañeda es uno de los arpistas más reputados del circuito musical por su mezcla de músicas tradicionales como el joropo con sonidos universales y experimentales como el jazz.
El colombiano validó esa etiqueta en la reciente edición del mercado musical Womex, el más grande del mundo –realizado en Barcelona–, en el que, acompañado de un trombonista y un baterista, logró uno de los showcases más destacados del encuentro.
El músico no solo impacta por esa fusión de géneros, sino también por su técnica, en la que mezcla sus estudios de trompetista con su formación autodidacta de arpista, aunque su ‘escuela’ con este instrumento fue el restaurante Meson Ole, en Nueva York, en el que tocaba cuatro horas cada noche.
“El estar solo me forzó a tocar todas las partes de los temas: el bajo, la melodía, la armonía. Lo que hice fue que el arpa sonara como dos o tres instrumentos a la vez, como un bajo y una guitarra”, asegura.
En ese camino, el músico también ha diseñado sus arpas. Hace un par de años trabajó con la empresa francesa Les Harpes Camac para crear la EC Llanera.
“Le propuse a Jakez Françoise (presidente de la compañía) hacer este instrumento con levers, unas palancas que no están en el arpa llanera. Los grupos de este género tienen tres o cuatro arpistas y cuando cambian de canción o de tono, uno va tocando y el otro afina. Con este mecanismos tú cambias rápido, no necesitas parar”, afirma.
Castañeda recuerda que incluso viajó a Villavicencio para presentar este nuevo instrumento, pero no fue una demostración fácil. Algunos arpistas y lutieres lo criticaron, decían que no funcionaba bien y que estaba diseñado para que solo él lo pudiera tocar.
“Me preguntaron que si podían traer a un criollo (arpista de los llanos), él tocó y sonó impresionante. Les dije que estaba tratando de aportar algo al instrumento para que el arpa llanera se vuelva universal. Los cambios que le he hecho han respetado la cultura y la tradición de la música llanera”, argumenta.
El año pasado, el músico lanzó su cuarto disco, World Ensemble, que define como “una oración al mundo”, en la que participa un grupo de nueve músicos de Israel, Brasil, Suiza, Chile y Estados Unidos, entre otros.
Para su nuevo trabajo, está ideando una nueva fusión, esta vez con funk. “Ahora le estoy escribiendo a Jaco Pastorius, el gran bajista, mirando cómo puedo adaptar esa técnica del slap bass en el arpa”, adelanta Castañeda, que se presentará en Bogotá en agosto y noviembre del 2017.
Para escuchar su música
En la página oficial del músico colombiano se pueden adquirir sus cuatro trabajos discográficos: www.edmarcastaneda.com.
YHONATAN LOAIZA GRISALES
Cultura y Entretenimiento